La expulsión, según ha dicho a los periodistas tras la votación de esta medida por una mayoría del 70% del Consejo Político, genera un conflicto «gravísimo» porque se trata de una decisión «ilegal» que afecta a unos 5.000 militantes, a quienes se les priva de sus derechos.
No soluciona además el largo conflicto que mantenían con la dirección federal, ha dicho el portavoz, que ha advertido que esta medida, que se discutirá en una Presidencia territorial el miércoles, puede ser «el inicio del fin de Izquierda Unida».
Sobre el centenar de cargos electos que militan en IUCM, que funciona como entidad jurídica propia, el portavoz ha recalcado que «por mucho que les desvinculen» son de la federación madrileña.
Otra de las cuestiones que se derivan es quién asume la cuantiosa deuda de la organización -casi tres millones de uros en total-, un problema que para Sánchez compete «subsidiariamente» a la dirección federal.
«Desde luego no se resuelve expulsándonos, como si así se libraran de la deuda», ha señalado.
Sin embargo, la responsable de Finanzas, Lola Sánchez, ha explicado a los medios que en este momento la deuda «es suya», de IUCM, porque tiene personalidad jurídica propia, con un número de registro en el Ministerio del Interior.
No obstante, es una cuestión que hay que estudiar muy detenidamente, ha señalado tras recalcar que hasta ahora Hacienda a quien ha embargado y ha pedido cuentas es a la federación madrileña no a IU.
Para el responsable de Organización, Adolfo Barrena, que ha sido quien ha presentado la resolución de «desvinculación», ha señalado que se perseguía con esto abrir una «nueva etapa», necesaria para que afiliados y votantes de IU puedan encontrar un espacio «más amable» de cara a las generales.
De esta manera, se podrán volcar en el objetivo «clarísimo» de articular la unidad popular para las elecciones, ha dicho.
Ha querido dejar claro que IU no expulsa a nadie, pero no ha sabido contestar si los afiliados a IUCM tienen que darse de baja para poder afiliarse de nuevo a IU o pueden mantener los dos carnés.
Aunque no afectados por la ruptura, Izquierda Abierta, de Gaspar Llamazares, ha votado en contra de la medida porque, según su portavoz, Tasio Oliver, abre un conflicto a poco tiempo de las generales.
Ha avisado de que se van a reproducir «dinámicas cainitas» en el epicentro de la política nacional, que es Madrid, y eso no va ayudar «nada» a la confluencia con otras fuerzas ni a la «tranquilidad interna».
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