El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a su salida del hemiciclo del Congreso tras la votación sobre los nuevos recortes. | Javier Lizón

El Congreso ha convalidado los primeros e importantes ajustes fiscales y de la función pública con los que el Gobierno busca un ahorro de 65.000 millones de euros hasta 2014 con el objetivo de cumplir sus compromisos europeos y garantizar la financiación de los servicios básicos. El decreto se ha aprobado sólo con el apoyo del PP al haberse abstenido su socio habitual, UPN, y con el rechazo del resto de la oposición (180 síes, 131 noes y 1 abstención).

ERC, Amaiur, la Izquierda Plural (IU-ICV-CHA) y Compromís se han ausentado de la votación y han aprovechado para llamar a la población a movilizarse en las manifestaciones convocadas para ayer por la tarde contra los «recortes» del Gobierno. Tras la votación no hubo el típico aplauso de los diputados del PP.

En un encendido y prolongado debate, el encargado de defender los ajustes -que incluyen una subida del IVA desde septiembre y la congelación de una paga a los funcionarios que ganen más de 962 euros al mes y la bajada de prestación por desempleo- ha sido el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro.

Ha sido contundente al afirmar que «no hay dinero en las arcas públicas para pagar los servicios públicos», y ha pedido -sin éxito- el apoyo del PSOE y el resto de la oposición. Ha recordado que muchos de los cambios que se introducen son una recomendación expresa tanto de la UE y el FMI. Tras admitir que el Gobierno también ha tenido que dejar «parte de sus ideas a la orilla del camino» -siempre se había mostrado contrario a la subida de impuestos, por ejemplo- ha apelado «con humildad» a la ciudadanía para hacer este «esfuerzo importante».

Rubalcaba

En una intervención más dura que la que dedicó al presidente del Gobierno cuando anunció estos mismos ajustes, el líder socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha asegurado que se trata de una «enmienda de Rajoy a Rajoy», porque «deroga» el Presupuesto para 2012 aprobado hace un mes.

Tras criticar la ausencia de Rajoy en la convalidación del «recorte más grande» de la historia de España, algo que también han hecho otros portavoces, ha recalcado que «lo malo es que los errores del Gobierno, y ya van muchos, los pagan los españoles».