De acuerdo con los datos de contabilidad nacional publicados hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el gasto total cayó el 0,3 % entre julio y septiembre, ya que al recorte del gasto público se sumó la contracción del 0,1 % del consumo de los hogares.
El conjunto de la inversión retrocedió el 0,6 % trimestral, a pesar del avance del 2,3 % de la inversión empresarial.
La aportación negativa de la demanda nacional fue contrarrestada por la positiva evolución del sector exterior, lo que fue posible por el crecimiento trimestral del 3,1 % de las exportaciones, impulsadas por el avance de la exportación de bienes (5,4 %), puesto que las de servicios cayeron el 1,7 %.
Si se compara el tercer trimestre con el mismo periodo de 2010, la economía española avanzó el 0,8 %, entre otras cosas porque en términos interanuales el consumo privado se recupera cuatro décimas, puesto que hace un año cayó significativamente como consecuencia de la subida del IVA en julio.
Este repunte del consumo de los hogares unido a la atenuación de la caída de la inversión permitió que la negativa contribución de la demanda nacional al PIB interanual fuera algo menor (1,2 puntos).
No obstante, destaca la peor evolución del gasto final de las administraciones públicas, que en términos interanuales cayó el 2,3 %.
Por su parte, el sector exterior también aminoró su aportación positiva al PIB interanual, que pasó de 2,5 a 2 puntos, consecuencia de la desaceleración de las exportaciones, en línea con la ralentización de las economías de los países a los que están destinadas (fundamentalmente Unión Europea), así como por el repunte de las importaciones.
El empleo, medido en términos de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, decreció el 1,9 %, ocho décimas más que en el tercer trimestre de 2010, lo que supone una reducción de 327.000 empleos netos.
Por ramas, la construcción perdió más de 222.000 empleos, los servicios, 44.000 y la industria, casi 40.000.
Sin embargo, el número de horas efectivamente trabajadas por las personas ocupadas en la economía moderó su caída, al pasar de un decrecimiento del 1,6 % al 0,4 % en este trimestre.
Según el INE, la diferencia entre la evolución de este número de horas y la de los empleos se debió al aumento del 1,5 % de la jornada media a tiempo completo.
La variación interanual de la productividad aparente por puesto de trabajo equivalente se incrementó siete décimas, hasta el 2,7 %, mientras que el crecimiento de la productividad aparente por hora efectivamente trabajada pasó del 2,4 al 1,2 %.
Desde el punto de vista de la oferta destacó la subida de la actividad industrial, el menor descenso de la construcción y la «moderada» desaceleración de los servicios y de las ramas primarias.
Así, el valor añadido bruto de las ramas industriales aumentó siete décimas su crecimiento, hasta el 3,1 %, mientras que la industria manufacturera lo incrementó ocho décimas, hasta el 3,8 %.
La construcción redujo dos décimas su decrecimiento, al pasar del 3,1 al 2,9 %, como consecuencia de la evolución menos desfavorable de la obra de edificación como de las otras construcciones.
Las ramas de servicios bajaron una décima su crecimiento, el 0,8 %, y las ramas primarias (agricultura, ganadería y pesca) no registraron actividad alguna frente al crecimiento de dos décima del trimestre anterior.
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