El jefe de portavoces del Ejército, el vicealmirante Daniel Hagari, ha asegurado que todos los aviones no tripulados y los 30 misiles crucero fueron derribados por "las Fuerzas Aéreas de Israel y sus aliados" y que la "inmensa mayoría" de los 120 misiles balísticos fueron interceptados por Arrow ('La Flecha'), el sistema de defensa aérea de largo alcance.
Fuentes estadounidenses han confirmado que el Ejército norteamericano derribó varios drones iraníes sin dar un número exacto de los mismos, como también consiguieron hacerlo aviones de combate jordanos. Otros drones fueron interceptados cerca de la frontera siria-iraquí.
Hagari ha reconocido, no obstante, que algunos de estos misiles balísticos consiguieron atravesar la protección y alcanzaron finalmente la base aérea de Nevatim, en el sur del país.
El portavoz militar israelí, en este sentido, ha confirmado "ligeros daños" en la infraestructura de la base aérea. Sin embargo, el ataque no ha afectado en lo más mínimo, ha querido puntualizar el vicealmirante, en el funcionamiento de la instalación.
UN ATAQUE POR SATURACIÓN
La agencia semioficial iraní Tasnim, muy próxima a la Guardia Revolucionaria de Irán, relata un ataque en dos fases y en el que los aviones no tripulados tenían misión de saturar las pantallas de defensa israelíes para impedir que se concentraran en el peligro que representaban el resto de los proyectiles.
"Al lanzar cientos de aviones kamikaze Shahed 136 desde diferentes zonas hacia objetivos específicos, la Guardia Revolucionaria consiguió concentrar en ellos todo el poder de los sistemas de defensa de Israel. Ello provocó que la red de radares israelíes acabara prácticamente saturada e incapaz de dedicarse a otros objetivos", añade.
Tasnim incide en que la Fuerza Aeroespacial de la Guardia Revolucionaria ha empleado esta táctica "en numerosas ocasiones durante simulacros previos" pero "los israelíes nunca llegaron a pensar en que sería empleada contra ellos en una operación de verdad".
El jefe del Estado Mayor del Ejército iraní, el general Mohamad Bagheri, ha procedido a continuación a explicar la naturaleza de la operación: un ataque contra las bases aéreas de Israel que albergan "los mismos aviones de combate F-35" que, como lleva denunciado Teherán desde entonces, bombardearon la semana pasada el Consulado de Irán en Damasco (Siria) y causaron la muerte a varios asesores iraníes.
El general ha asegurado que Irán ha evitado deliberadamente "centros económicos y de población" en lo que describe como una exhibición de fuerza de un país "preparado para defender sus intereses y su espacio".
En línea con las primeras declaraciones oficiales de Irán tras el ataque, el general ha insistido que la operación "ha sido completada", antes de añadir que "ha logrado todos sus objetivos y que el éxito ha sido total".
"Vemos esta operación como un resultado completo, y esta operación, en nuestra opinión, ha terminado y no tenemos la más mínima intención de proseguir a no ser que el régimen sionista (Israel) tome medidas adicionales", ha hecho saber en declaraciones recogidas por la agencia semioficial Mehr.
Asimismo, el general ha anunciado que el Gobierno iraní ha enviado un mensaje a Estados Unidos a través de la Embajada de Suiza, habitual mecanismo de mediación en esta clase de conversaciones, en el que avisa a Washington de que se abstenga de activar a sus efectivos en la región para apoyar cualquier tipo de represalia israelí o, de lo contrario, Irán no podrá garantizar "ni la seguridad de sus bases ni la de su personal".
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