«Estamos convencidos de que, en estos momentos turbulentos, un estatus ajeno al bloque es más efectivo para que los estados garanticen su seguridad», ha resaltado, antes de incidir en la necesidad de «un fin de la expansión de la OTAN y del despliegue de sistemas armamentísticos cerca de las fronteras con Rusia». Así, Moscú ha reiterado la necesidad de que «el bloque vuelva a la configuración existente durante la firma del Acta Fundacional Rusia-OTAN en 1997», en medio del aumento de las tensiones durante las últimas semanas entre Rusia y el bloque, especialmente cerca de la frontera con Ucrania.
El Ministerio de Exteriores ruso publicó este viernes este comentario en respuesta a preguntas que quedaron sin responder la semana pasada por parte del jefe de la diplomacia, Serguéi Lavrov, en su tradicional rueda de prensa de principios de año, pero coincide con la llegada de éste a Ginebra para reunirse con su homólogo estadounidense, Antony Blinken. «En cuanto a las relaciones entre Rusia y Estados Unidos, que han llegado a un punto peligroso y crítico por culpa de Washington, se necesita urgentemente un diálogo sustancial y serio, y pasos concretos por parte de los estadounidenses y sus aliados para otorgar garantías de seguridad fiables a Rusia», señaló. Moscú reiteró que «la actividad agresiva de la OTAN en el 'flanco oriental', las acciones hostiles contra nuestro país, incluidos los ejercicios no programados, la proximidad y las maniobras peligrosas de buques y aviones de guerra, el desarrollo militar del territorio ucraniano, son absolutamente inaceptables». Rusia ha exigido garantías de seguridad a EE. UU. y a la OTAN para evitar que la Alianza Atlántica se expanda más hacia el este y emplace armamento ofensivo cerca de sus fronteras, tema que Rusia abordó sin éxito la semana pasada en Ginebra, Bruselas y Viena, y que hoy Lavrov volverá a plantear a Blinken. Todo ello en medio del temor de Occidente a un próximo ataque o una invasión por parte de Rusia contra Ucrania, en cuya frontera ha desplegado más de 100.000 soldados. Rusia consideraa EE. UU. su principal interlocutor y le exige una respuesta por escrito a sus demandas, algo que hoy Blinken no hará aún. El Kremlin ha dicho que puede esperar a la próxima semana.
Exteriores sostiene que la pregunta de si hay aún alguna posibilidad de que los dos países se conviertan en verdaderos amigos o socios fiables, hay que dirigirla a Estados Unidos. «Rusia solía hacer los esfuerzos apropiados, pero nuestros pasos se daban por sentados y en respuesta solo recibimos un arrogante desprecio a las prioridades rusas», opina Moscú. «Ahora es importante reconstruir el ambiente de confianza, para volver al menos a una apariencia de normalidad. Esto es de interés común. En general, no existen diferencias insuperables entre Rusia y Estados Unidos», sostiene Exteriores. Rusia exige a Washington que muestre «voluntad política» para una conversación sincera, pero deja claro que no se va «a involucrar en un diálogo solo sobre temas que interesan a Estados Unidos, cuando nuestras preocupaciones legítimas son ignoradas desafiantemente». «Es hora de abandonar las pretensiones de hegemonía mundial, lo cual es inaceptable en las realidades geopolíticas actuales. Sin esto, no será posible establecer una interacción sostenible», añade. «O nos ponemos de acuerdo en una agenda más o menos positiva que también tenga en cuenta las prioridades rusas, o sube aún más el grado de confrontación, ya de por sí excesivo», advierte. Recalca que, si la política estadounidense se mantiene invariable, «la opondremos duramente en el marco de la contención recíproca de las acciones hostiles de Washington».
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