Si gana el sí, las Unión Cristiano Demócrata y la Unión Social Cristiana (CDU/CSU) de la canciller Merkel y el SPD entablarán negociaciones formales de inmediato. El mismo lunes las cúpulas de las tres formaciones acordarán los primeros detalles a nivel de organización y pocos días después se pondrán en marcha las reuniones.
Merkel aspira a lograr a un acuerdo formal antes de mediados de febrero. Después, los militantes del SPD tendrán la última palabra. Más de 440.000 afiliados serán convocados para votar y se calcula que el proceso llevará unas tres semanas.
En caso de un resultado positivo, el Parlamento alemán podría elegir a Merkel canciller en una de las dos semanas de plenos a partir del 12 de marzo. El Gobierno podría constituirse antes de Semana Santa, a finales de marzo.
En cambio, si gana el no, y los delegados al congreso del SPD rechazan una nueva gran coalición la situación se complicaría. Sería el segundo intento fallido de Merkel después del fracaso para formar un Gobierno tripartito con el Partido Liberal y Los Verdes.
Así, quedarían tres opciones:
1) Un gobierno en miniróa: Este es un proyecto arriesgado pero posible, aun cuando la canciller Merkel se haya manifestado en contra. Merkel podría formar un Gobierno en minoría y buscar apoyos puntuales para cada decisión. Esto implica también que podría ser depuesta en cualquier momento por una moción de confianza.
También sería factible un Gobierno conservador tolerado por los socialdemócratas, pero no hay antecedentes en Alemania de un Gobierno en minoría.
2) Nuevo intento de coalición "Jamaica". El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, podría intentar persuadir a Merkel, liberales y ecologistas de intentar de nuevo un tripartito bautizado como Jamaica porque los colores de la bandera del país caribeño coinciden con los de las formaciones (negro de los conservadores, amarillo de los liberales y verde).
Los Verdes han insistido en que están abiertos al diálogo. El presidente de los liberales, Christian Lindner, avisó que no está dispuesto a volver a la mesa salvo que "las condiciones tanto políticas como de personal cambien y prometan más éxito que en 2017", una alusión velada a una CDU sin Merkel.
3) Repetición de las elecciones: Steinmeier podría poner en marcha el complejo mecanismo para la disolución del Parlamento y la convocatoria de nuevas elecciones.
La Constitución alemana establece que es el presidente quien propone a un candidato para el cargo de canciller. Esa persona es elegida jefa de Gobierno con la mayoría de los votos de los diputados. Hasta ahora, todos los cancilleres de la República Federal de Alemania fueron elegidos en la primera ronda de votación.
En caso de no tener mayoría el candidato o la candidata propuesta, se pasaría a una segunda fase. El Bundestag tiene dos semanas de plazo para consensuar un candidato o candidata por mayoría absoluta. Si tampoco se llega a una solución en estas dos semanas, basta una minoría relativa para elegir jefe o jefa de Gobierno. Es decir, que es elegido el candidato o la candidata que reúna más votos.
De ocurrir esto, el presidente alemán lo puede designar canciller de un Gobierno minoritario, pero también puede disolver el Parlamento y convocar elecciones en 60 días, lo cual nunca ha ocurrido en la historia de la República Federal de Alemania.
Steinmeier ha destacado en repetidas ocasiones que no ve con buenos ojos la opción de repetir elecciones, entre otras cosas porque teme que arrojen resultados similares a los de septiembre.
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