El legislador Rhee Cheol Hee ha cifrado en 235 gigabytes los documentos militares que habrían sido robados del Centro de Datos de Defensa, en base a la información que le han transmitido fuentes militares. Las autoridades aún no han logrado identificar el 80 por ciento del contenido, según la agencia de noticias Yonhap.
La cadena de televisión BBC ha indicado que entre los planes de Estados Unidos y Corea del Sur figuraba un plan de "decapitación" que tenía como objetivo acabar con la vida del líder norcoreano, Kim Jong Un.
El régimen norcoreano ha negado cualquier relación con este ciberataque y ha acusado a las autoridades surcoreanas de "fabricar" las acusaciones, si bien Pyongyang se suele desmarcar de este tipo de acusaciones por sistema.
Un portavoz del Departamento de Defensa de Estados Unidos, Robert Manning, ha dicho estar al tanto de estas informaciones, pero ha expresado su confianza "en la seguridad de los planes operativos y en la capacidad de hacer frente a cualquier amenaza de Corea del Norte".
Parte de la información sujeta al ataque cibernético contenía datos sobre cómo identificar movimientos de miembros del Gobierno norcoreano, cómo dar con sus paraderos y atacar desde el aire antes de eliminarlos.
Según Rhee, estos planes no habrían sido clasificados apropiadamente debido a que no son considerados de máxima importancia. El ataque podría haberse producido por un simple fallo informático.
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