Con la adquisición, la National Geographic Society, con sede en Washington y una historia de casi 130 años, recibirá una importante inyección de fondos a cambio de ceder el control de su publicación más importante.
A partir de ahora, Fox controlará el 73 % de la revista, libros, mapas y otros medios de National Geographic.
También gestionará canales de televisión y contenidos digitales de National Geographic, que sufría financieramente por la necesidad de inversiones para adaptarse a la era del periodismo digital y en internet.
La versión en papel de la revista de National Geographic tenia una distribución de 12 millones de ejemplares solo en Estados Unidos en los años 80, mientras que en la actualidad tiene 3,5 millones de suscriptores y otros 3 millones fuera de Estados Unidos.
En una reunión interna para explicar la operación, el director ejecutivo de la institución, Gary Knell, dijo que seguir como empresa de medios obligaba a duros esfuerzos financieros y «presentaba un enorme riesgo existencial» para la sociedad de investigación y divulgación científica.
Desde 1997, los canales de cable de National Geographic se gestionaban conjuntamente con Fox y los beneficios no han parado de crecer, hasta los 400 millones de dólares del año pasado.
La revista de National Geographic, un símbolo centenario de la divulgación científica, pasará de depender de una sociedad sin ánimo de lucro a un grupo internacional de medios en busca de beneficios.
Empleados de National Geographic se han quejado por la deriva de ciertos contenidos televisivos con la marca de la sociedad con dudosos fundamentos científicos y más centrados en el sensacionalismo.
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