«Cada uno de nosotros debe recordar a los primeros héroes, a los bomberos que perdieron la vida en las llamas del reactor destruido, a todos aquellos que se inmolaron para proteger el mundo de la letal radiación», señaló.
Turchínov expresó su agradecimiento a todos aquellos, Estados, pueblos y personas de buena voluntad, que participaron y participan en la liquidación de la consecuencias de la catástrofe provocada por la explosión del cuarto reactor de la central nuclear de Chernóbil.
«Millones de ciudadano sufrieron los efectos de radiación. Pese a la compleja situación económica, las nuevas autoridades ucranianas harán todo lo posible por resolver su problemas sociales, así como los asuntos relativos a la seguridad de la central de Chernóbil y los territorios contaminados», prometió.
Según Turchínov, la solidaridad, la ayuda mutua y la concordia que unió a la sociedad ucraniana para hacer frente a la catástrofe nuclear son la garantía de que esas tareas serán cumplidas con éxito.
«Creo que esta aciaga fecha será siempre un día de recuerdo, amor, misericordia y unidad nacional», concluyó en su mensaje presidencial.
La explosión en el cuarto reactor de la planta de Chernóbil, producto de una cadena de errores, esparció hasta 200 toneladas de material fisible con una radiactividad de 50 millones de curios, equivalente a entre 100 y 500 bombas atómicas como la de Hiroshima.
La radiación afectó a más de cinco millones de personas, principalmente en Rusia, Ucrania y Bielorrusia, según la Organización Mundial de la Salud.
En 2011, el Gobierno ucraniano estimó en 180.000 millones de dólares las pérdidas causadas por la catástrofe en la planta de Chernóbil, clausurada el 15 de diciembre de 2000.
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