Turchínov, de 49 años y mano derecha de la ex primera ministra Yulia Timoshenko, fue designado en una sesión que, a un ritmo frenético, destituyó a los altos cargos del antiguo régimen y marcó los plazos para la formación del nuevo Gobierno.
Su predecesor, el huido Yanukóvich, sigue en paradero desconocido desde que la guardia de fronteras ucraniana le impidiera ayer abandonar el país en un vuelo chárter desde el aeropuerto de Donetsk, su ciudad natal en el este de Ucrania.
Si ayer era destituido por la Rada Suprema (Parlamento) de su cargo, hoy fue tachado de «pusilánime y traidor» por los que fueron hasta hace unos días sus compañeros de filas en el Partido de las Regiones (PR), cuyos diputados apoyaron la candidatura de Turchínov a la presidencia interina.
«Ucrania ha sido traicionada. Han provocado la confrontación entre la gente. Y toda la responsabilidad recae sobre Yanukóvich y su entorno más próximo», afirmó en una declaración el grupo parlamentario que sostuvo durante años al depuesto jefe del Estado.
Los diputados del PR manifestaron su condena de las «órdenes criminales que afectaron a simples ciudadanos, soldados y oficiales».
«Condenamos la huida y pusilanimidad de Yanukóvich. Condenamos la traición», señala el documento, que recalca que «Ucrania ha sido engañada y saqueada, pero esto no es nada comparado con el dolor de decenas de familias que perdieron a sus seres queridos a ambos lados de las barricadas».
Esta semana, desde el inicio de los sangrientos disturbios que han dejado cerca de un centenar de muertos en Kiev, más de 60 diputados del PR han abandonado sus filas y han apoyado las propuestas legislativas de la oposición.
Turchínov, que se refirió a «la catastrófica» situación económica del país tras señalar que «el Gobierno de Yanukóvich arruinó la economía y en las arcas fiscales no hay dinero», pidió a los diputados que inicien consultas urgentes para crear la mayoría parlamentaria requerida para poder elegir a un nuevo primer ministro.
A ese respecto, la recién excarcelada Timoshenko, señalada como posible candidata para encabezar el nuevo Ejecutivo, pidió a su partido que no la postule al cargo.
«Para mí ha sido una sorpresa enterarme de que quieren presentar mi candidatura a primera ministra de Ucrania. Nadie ha consultado ni debatido conmigo esa cuestión. Gracias por vuestro afecto, pero os pido que no presentéis mi candidatura», señaló Timoshenko en un comunicado publicado por su partido Batkivschina (Patria).
Timoshenko, en libertad desde ayer por orden del Parlamento, aspira a presidir Ucrania después de las elecciones anticipadas convocadas también ayer para el próximo 25 de mayo.
En su segundo día de libertad, Timoshenko se reunió hoy con los embajadores de EEUU y la UE en Kiev, a quienes aseguró que las prioridades ahora deben ser mantener la unidad territorial de Ucrania y castigar a los culpables de la muerte de decenas de ucranianos.
Mientras, la plaza Maidán de Kiev y sus calles adyacentes, epicentro de la revolución que hizo caer a Yanukóvich, se cubrieron hoy de flores en recuerdo de los caídos.
Mujeres y niños volvieron a pasear por el centro histórico de su ciudad para comprobar con sus propios ojos los estragos causados por la violencia.
Estragos que el alcalde de la capital, Vladímir Makéyenko, se comprometió hoy a subsanar a partir de mañana, lunes.
«Desde mañana empezaremos a limpiar Kiev, y a retirar las distintas barricadas. Pero, por supuesto, esto tendrá que hacerse de acuerdo con los ciudadanos que las han construido», aseguró el regidor.
«Paso a paso iremos avanzando, todo tiene su tiempo, y ha llegado el momento de recoger piedras», añadió, jugando con el doble sentido de los adoquines que se han empleado como proyectiles en la revuelta y el pasaje bíblico.
El Maidán, como ya se conoce en todo el mundo la plaza de la Independencia, y sus alrededores recobran poco a poco la normalidad.
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