«El juez ha firmado ya la recepción de la fianza en efectivo y del bono garantizado, pero todavía no cumple con los demás requisitos» exigibles para que el político francés pueda abandonar el centro penitenciario de Rikers Island, dijo a Efe un portavoz del tribunal que lleva el caso.
El juez instructor fijó una audiencia para hoy mismo con los abogados de DSK, como le llama la prensa, para analizar el cumplimiento de los términos que se le impusieron el jueves para salir en libertad bajo fianza y quedar en arresto domiciliario.
Strauss-Kahn, de 62 años, ha sido acusado formalmente de siete delitos de abuso sexual e intento de violación de una inmigrante africana de 32 años, el pasado sábado, caso por el que tendrá que presentarse ante una nueva vista judicial el próximo 6 de junio.
El juez Michael Obus accedió a conceder al acusado la libertad bajo fianza y el arresto domiciliario bajo el pago de un millón de dólares en efectivo y de un bono garantizado por otros cinco millones, además de que tendrá que llevar una pulsera electrónica que controle sus movimientos, estar bajo vigilancia por vídeo las 24 horas y pagar él mismo como mínimo a un guardia de seguridad armado que lo custodie.
Las condiciones que le quedan por cumplir al parecer están relacionadas con las dificultades que la esposa del político francés, la periodista francoestadounidense Anne Sinclair, está teniendo para alquilar un apartamento en Nueva York.
Los propietarios de un lujoso edificio ubicado en el exclusivo barrio del Upper East de Manhattan y por el que Sinclair estaba dispuesta a pagar un alquiler de 14.000 dólares mensuales, no aceptaron que DSK y su familia se trasladaran a esa vivienda.
Según el diario The New York Times, el exdirigente internacional -de quien hoy se supo que disfrutará de una pensión anual de retiro 250.000 dólares del Fondo Monetario Internacional- podría terminar residiendo en una vivienda de la firma de seguridad Stroz Friedberg, que su familia al parecer ha contratado para su vigilancia durante su arresto domiciliario.
Strauss-Kahn ingresó en la noche del lunes en la cárcel neoyorquina de Rikers Island y podría quedarse en su celda, de unos 12 metros cuadrados, hasta que se resuelvan todos esos asuntos.
«No sé lo que está pasando. Hay muchas cosas que tienen que pasar» aún, respondió este viernes a la prensa uno de los abogados de Strauss-Kahn, Marc Agnifilo, cuando se le preguntó dónde se quedará su cliente hasta que comience el juicio, cuya primera vista será el 6 de junio próximo.
El político francés fue detenido el pasado sábado en el aeropuerto neoyorquino John F. Kennedy cuando se encontraba en un avión que debía partir a París, al haber sido acusado poco antes de agresión sexual por una empleada del lujoso hotel neoyorquino donde se había alojado.
Una vez sea puesto en libertad y pase a situación de arresto domiciliario, Strauss-Kahn tendrá que llevar una pulsera electrónica en un tobillo para que las autoridades controlen todos sus movimientos, y, según las condiciones de la fianza, no podrá recibir más de cuatro visitas al día en el lugar en el que resida si son personas diferentes a los miembros de su familia.
La demandante, una inmigrante guineana de 32 años, viuda y madre de una adolescente, declaró el jueves ante un gran jurado (o jurado de acusación en el sistema jurídico estadounidense) que fue agredida sexualmente por Strauss-Kanhn, al tiempo que negó que hubiera habido contacto sexual consentido, como había dejado entrever la defensa del francés.
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