El presidente viajó ayer a Fort Bliss, en Texas, para reunirse con los soldados que han regresado de Irak y felicitarles por su labor en el frente, aunque les recordó que la lucha sigue en otro punto, en Afganistán, lo que requerirá de nuevos «sacrificios» a los militares y a sus familias.
En su intervención ante los soldados, el presidente quiso adelantar el contenido del discurso que pronunciará de noche desde el Despacho Oval en horario de máxima audiencia, y en el que declaró el fin de los combates en Irak. Pero el discurso, afirmó, «no va a ser para cantar victoria, no va a ser de autocomplacencia. Aún queda mucho trabajo por hacer para asegurarnos de que Irak se convierte en un aliado efectivo».
«EEUU, ahora más seguro»
«Aunque la verdad es que gracias al extraordinario servicio que todos vosotros habéis prestado -prosiguió-, Irak tiene ahora la oportunidad de crearse un futuro mejor, y EEUU es ahora más seguro que antes», dijo el presidente.
Indicó que aunque finalicen las misiones de combate, EEUU seguirá trabajando codo a codo con los iraquíes prestando adiestramiento, y también colaborando en la lucha contra el terrorismo. Según los planes de Washington, durante esta fase de transición permanecerán en Irak unos 50.000 soldados estadounidenses, si bien se espera que abandonen totalmente el país para diciembre de 2011.
Obama quiso agradecer explícitamente los «sacrificios» que han realizado los soldados y sus familias durante los siete años y medio de guerra en Irak, y aseguró que a su regreso «trataremos de serviros a vosotros tan bien como vosotros habéis servido al país».
El presidente reconoció que muchos de los militares que han regresado sufren lesiones cerebrales y estrés postraumático, y aseguró que en los últimos dos años se han incrementado los servicios que se prestan a los veteranos.
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