El primer ministro británico, junto a las tropas, en Helmand. | Reuters

Varios altos cargos del Ejército británico han solicitado el reforzamiento de las medidas de protección durante las visitas al extranjero de los integrantes del Gobierno, con David Cameron a la cabeza, tras recibir informaciones de que los talibanes podrían haber estado a punto de perpetrar un atentado contra el primer ministro británico el pasado mes de junio en su primer viaje a Afganistán.

El helicóptero que trasladaba a Cameron y su comitiva se vio obligado a realizar una «maniobra de distracción» durante una visita realizada al contingente militar destinado en Helmand (sur de Afganistán), al ser advertidos de que los talibanes conocían exactamente el aparato que transportaba al primer ministro.

A pesar de los esfuerzos de Downing Street para restar importancia al incidente, altos responsables han «exigido cambios» en el sistema de protección durante las visitas.

Mensajes

Dos conversaciones interceptadas por los servicios de inteligencia de la OTAN detallan cómo los talibanes de Helmand planean un ataque contra un individuo al que llaman 'El Gran Comandante', lo que levantó las sospechas entre los militares británicos, sorprendidos de la cada vez más sofisticada estructura de inteligencia talibán.

La maniobra de distracción obligó a Cameron, que tenía previsto visitar inicialmente la base en Shahzad, a dirigirse a los cuarteles de la brigada británica en Lashkar Gah en el último minuto, y si bien no se registraron más anomalías en su viaje, fuentes militares aseguran a posteriori al Times que la posibilidad de que Cameron hubiera sufrido un atentado contra su vida «era mucho más alta de lo que nadie había pensado en ese momento».

El Ejército plantea un espectro de medidas adicionales de seguridad para proteger a los altos cargos de Whitehall. Según el diario, se baraja la posibilidad de restringir todo tipo de información a los medios sobre estas visitas hasta que el primer ministro abandone la zona de guerra.