«Si eso es así, creo que el tema de la ley la amnistía se puede articular», ha señalado. En una entrevista concedida a RNE, recogida por Europa Press, Ortuzar, que recientemente se reunió con Puigdemont en Waterloo, ha opinado que «las tres condiciones» que plantea sobre amnistía, mediación y ordenamiento jurídico internacional, «depende de cómo se formulen y cómo se adopten, podrían encajar perfectamente en la actual política española».
Además, el líder jeltzale ha considerado que, en las manifestaciones realizadas ayer por Pedro Sánchez y en las que quiere «ver bastante autocrítica», el presidente del Gobierno en funciones fue «enigmáticamente valiente» y marcó «una senda correcta». Para Andoni Ortuzar, la «judicialización» del 'procés' fue «una equivocación muy rotunda» que solo «iba a traer problemas», que ahora hay que resolver.
«Pero ayer le vi que, enigmáticamente, él venía a hablar de soluciones políticas a problemas políticos, que ha sido nuestra teoría desde siempre. Si eso es así, yo creo que el tema de la ley de amnistía se puede corregir, se puede articular», ha manifestado. Asimismo, ha dicho entender que los soberanistas catalanes «quieran a alguien que sea una especie de notario de que lo que se habla y lo que se acuerda», y también sus reclamaciones sobre el ordenamiento jurídico internacional porque, si la legislación española «no se va a poder tocar nunca», hay que «elevar un poco la vista» y hay «mucha legislación que puede ayudar».
«No veamos que los tratados internacionales son una vía de escape, sino veamos que son una vía de ayuda para buscar soluciones al encaje territorial de Euskadi, de Cataluña, en un nuevo Estado español en el que todos estemos más cómodos», ha apelado.
Por otro lado, ha dicho no estar de acuerdo con que se demande la renuncia a la unilateralidad porque no es «bueno» partir en una negociación «obligándole al otro a que renuncie a parte de sus convicciones», y ha añadido que, a su entender, «el mundo soberanista catalán no adoptó la vía de la unilateralidad por gusto». «¿Qué soluciones se le pusieron?, ¿qué posibilidades de negociación hubo?», ha cuestionado.
«Ahora el soberanismo catalán, ante la tesitura de que se pueda abrir un diálogo de este estilo, no le vamos a decir en el primer momento que renuncie a una salida que él, si no ve más, cree que puede ser la única», ha señalado Ortuzar, que ha precisado que el PNV «no ve ese modelo», sino que defiende «la bilateralidad». Ortuzar se ha mostrado favorable a que se pueda dar una solución personal a Puigdemont porque no se debe «insistir en el error».
De este modo, ha cuestionado que, «si la judicialización anterior fue errónea y hubo gente que estuvo injustamente en la cárcel, porque ellos estuvieron en la cárcel, el presidente Puigdemont también tiene que estar». Así, ha animado a «no acentuar el error» y «buscar una solución política, y cuanto antes mejor, que quite el barro a las botas de la política del Estado español y que permita avanzar». El presidente del EBB ha vuelto a rechazar que el PNV actúe como mediador entre PSOE y Junts, algo que no ve necesario porque «tienen las líneas abiertas», y cree que «en las dos partes hay voluntad» y «lo van a intentar con seriedad y con voluntad de aproximación».
Encuentro con Feijóo
Por otro lado, ha explicado que se reunió el pasado 7 de septiembre con Alberto Núñez Feijóo porque le llamó el presidente del Partido Popular y «el PNV donde le llaman va siempre», pero, «de aquel encuentro no podía salir nada distinto» a lo que ya le habían manifestado los jeltzales el 24 de julio.
Así, ha reiterado el «no muy rotundo» del PNV a un apoyo a Feijóo «por muchas cosas que pudiera poner en la cesta» el PP ya que, aunque el actual presidente popular «no es Pablo Casado» y tiene «una cierta estructuración descentralizada del Estado en la cabeza», en este momento político «los caminos del PNV y del PP no se pueden cruzar porque en medio hay un elefante que no es que esté en el salón, está en el pasillo y no deja entrar al PNV a ninguna relación», en relación a Vox, al que «necesitarían todos los días para gobernar».
En todo caso, ha explicado que al PNV no le gusta la «dinámica de bloques monolíticos», que además «es irreal», y preferiría que el PP se sumara al diálogo sobre el modelo territorial y «defienda lo que tenga que defender». «Ojalá cambiara y, si cambiara y entrara en el acuerdo, ese acuerdo sería muy largo en el tiempo, sería muy sólido porque, si no, los acuerdos que hagamos ahora con un bloque siempre van a estar sometidos al calendario político», ha planteado. En este sentido, ha afirmado que le «encantaría» que el PP «quitara esos tics» que tiene porque no le está haciendo «ningún favor» al Partido Popular ni Núñez Feijóo «esta derechización y esta política de gestual tan radicalizada».
«Si el Partido Popular cambiara, ¿por qué no hablar con él la próxima legislatura e incorporarle a la senda de la normalidad y a los acuerdos?», ha insistido, apostando por que, «independientemente de quien esté en la Moncloa, se pueda articular un modelo de Estado que sea más respetuoso con la realidad plurinacional» y que dé «un pacto para una generación o para dos generaciones» porque la política «no es inamovible».
Para Ortuzar, «las constituciones no son sagradas, no es el Antiguo Testamento», sino que están «para adecuarse a las necesidades de las sociedades en cada momento» y, aunque «algunos digan que es inalterable», la Constitución española ha sufrido «un vaciamiento de poder político enorme» en la «cesión de poderes» a Europa. En este sentido, ha preguntado «por qué esa visión que no hemos tenido ningún problema en aceptar hacia afuera, por qué no la aceptamos también hacia adentro, si va a salir un estado más fuerte, más próspero, con gente más contenta».
Finalmente, ha considerado que «la aritmética parlamentaria» salida de las elecciones del 23 de julio «va a obligar a todos a ser más responsables y especialmente a los dos partidos del Gobierno a hacer menos fuegos de artificio de los que hicieron la legislatura pasada».
El PNV, por su parte, no va a «comulgar con ruedas de molino» y ha advertido de que, «con la aritmética que hay, el Gobierno va a tener que cambiar las formas de actuación, las formas de hacer política y de reunión y de relación con los partidos aliados y, entre todos, vamos a tener que llegar a posiciones un poquito más consensuadas y un poquito más centradas» porque «ahora hay factores correctivos en la representación en el Congreso».
En la misma línea, ha opinado que «la aritmética endiablada parlamentaria» puede ser «una bendición si se hacen las cosas bien», de modo que «lo que ahora mucha gente ve que es un problema puede convertirse en una gran oportunidad» para abordar el modelo territorial y «el encaje nacional de las naciones que hay dentro del Estado español».
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