David Baret
David Baret

Periodista

Turismo de calidad

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Durante años se ha dado por sentado que aspirar a un turismo de calidad era sinónimo de visitantes con alto poder adquisitivo. Cuanto más gaste el turista, mejor para el destino. Sin embargo, la realidad es mucho más compleja.

En la interesante conversación que mantuve con el guía turístico Lluís Ameller para preparar el reportaje que publicamos la semana pasada, me planteó un enfoque distinto: el turismo de calidad no lo define el dinero que trae el visitante, sino lo que el destino es capaz de ofrecerle. Su reivindicación era sencilla, pero ilustrativa: ¿cómo puede Menorca presumir de su legado talayótico si los autobuses de línea no paran en muchos de sus principales yacimientos? ¿Dónde están los lavabos públicos para el visitante? El razonamiento era claro. Menorca ha logrado que su cultura prehistórica sea reconocida como Patrimonio de la Humanidad, pero a la hora de la verdad, visitar algunos de estos enclaves sin coche sigue siendo una odisea. Si lo hemos podido organizar de manera sencilla para llegar a las playas más atractivas en verano y encontrarnos, además, con un baño, también debería ser factible con todos nuestros tesoros patrimoniales.

Esta situación nos obliga a reflexionar sobre cómo poder corregir el modelo de turismo que estamos promoviendo. La calidad de un destino no se mide únicamente por el gasto medio por visitante, sino por la capacidad de ofrecer una experiencia bien gestionada, accesible y en armonía con su identidad. En Suiza, por ejemplo, las redes de transporte público conectan hasta el último mirador de montaña.

El debate no debería ser obviado en un momento donde la sostenibilidad está más que nunca a flor de piel y el ciudadano es cada día más consciente de su huella de carbono allá donde va. Si profesamos un turismo que valore Menorca por su naturaleza, su historia y su paisaje, debemos hacer que conocerlo sea también accesible en transporte público. Porque al final, la pregunta no es cuántos turistas de alto poder adquisitivo vienen, sino si Menorca está preparada para ser, de verdad, un destino de calidad.