De izquierda a derecha, Miquel y Mariona Ramis Munar, Magda Ramis, Miguel Ramis Puigrós y María Garau, Biel Llobera, Miquel Àngel y Gabriel Llobera Ramis. | miquel angel canellas
Parafraseando a León Tolstoi diríamos que todas las empresas familiares se parecen, pero cada una es distinta. Así, Garden Hotels, la compañía hotelera fundada por Miguel Ramis, es una empresa como las demás, pero diferente a las otras. Averigüemos por qué. Un hecho, que nada tiene que ver con la economía, marca la evolución de Garden Hotels: la historia de amor de dos adolescentes. Magda, con poco más de quince años, y Biel, de apenas 19, empiezan a salir juntos. Ella es la hija de un incipiente promotor inmobiliario y él un joven estudiante universitario en la escuela de turismo. Hoy, pasados cuarenta años, Magda es la vicepresidenta ejecutiva de Garden Hotels y su marido el CEO de la compañía. Entre medias transcurre la historia.
Miguel Ramis nació en Inca el día de Santo Tomás, el más corto del año, en 1942. Fue un chaval inquieto, jovial y poco dado a los estudios. Siendo casi un niño, sus padres le enviaron a estudiar a La Porciúncula con la esperanza de que un internado franciscano le encauzara por el camino reglado. Sin embargo, su estancia en Palma fue muy breve, ya que amenazó con saltar la valla del colegio si no le recogían de inmediato. Volvió a Inca y empezó a buscarse la vida, lo que hoy llamaríamos emprender. Logró colocarse como dependiente en Can Florencio, uno de los comercios más emblemáticos de la ciudad, y en él estuvo casi veinte años, los más felices de su vida, según sus propias palabras. Cerca de su casa vivía una joven llamada María, a la que veía con frecuencia y que acabaría siendo su esposa. Compaginaba el trabajo con otras actividades, entre las que destacaba la de promotor inmobiliario. Así, cuenta que en ocasiones quien entraba en la tienda para comprar un sujetador salía con un apartamento bajo el brazo. Eran tiempos de ventas sobre planos, en los que la confianza era la base del negocio y fueron muchos los amigos que confiaron en él para adquirir un piso de los que hacía en el Port d’Alcúdia.
LOS ORÍGENES. En una de sus primeras promociones, le falló la empresa constructora y recurrió a Pedro Pascual, que era el delineante que le hacía los planos, para que le recomendara un nuevo constructor en el que confiar. Tomeu Plomer fue el elegido y así nació la sociedad que formaron Ramis, Pascual y Plomer. Su promotora levantó pequeños edificios residenciales en toda la costa norte de la isla hasta que se metieron en el floreciente negocio de la construcción de hoteles, inicialmente para otros. El primero, en 1985, fue el Alcudia Park, donde entraron como socios al 50% con Miguel Fluxá, que les había encargado el proyecto. Miguel Ramis ya había hecho varios negocios con su padre Llorenç y también con Luis Riu, lo que le sirvió de formación más que académica. De ambos habla con agradecimiento y admiración por su capacidad empresarial y su talante personal.
Poco les duró poco la aventura hotelera en el Alcudia Park, ya que Miguel Fluxá prefería no tener socios en sus establecimientos y acabó haciéndose con la mitad accionarial que le faltaba. Sin embargo, los tres amigos ya tenían la explotación de hoteles como uno de sus objetivos. El primero que gestionaron en solitario fue también en Alcúdia, en 1986. La conocida como Ley Cladera exigía un mínimo de 60 metros cuadrados por cliente. El edificio ocupaba toda una manzana, con planta baja más dos alturas y un jardín central enorme, que acabó dando el apellido al hotel y pasó a llamarse Alcudia Garden. Desde entonces, los grandes jardines son una de las señas de identidad de la cadena.
Siguieron construyendo para grupos como Grupotel o Prince Hotels, hasta que en 1993 un encargo fallido hizo que decidieran construir solo para ellos mismos. Su ritmo era de un hotel nuevo por año, aunque en el 98 llegaron a levantar dos, uno en Cala Rajada y otro en Platja de Muro. En 1999, la sociedad formada por Ramis, Pascual y Plomer se deshace. La separación fue amistosa y sin estridencias. En el momento de la separación la cadena tenía 23 hoteles, la compañía mallorquina con más establecimientos en Balears. En el reparto, Ramis se quedó siete y la marca Garden. Hoy, cuentan con once hoteles en Balears y uno en Andalucía. Sus exsocios, Pedro Pascual y Tomeu Plomer, fundaron Hotels Viva y Zafiro Hotels, respectivamente.
LA CONTINUDAD. Ya en solitario, la cadena mantiene una trayectoria ascendente, va incorporando nuevos hoteles, el negocio funciona y todo sopla a favor. Durante estos años, Magda, la hija mayor, ejerce de maestra, su gran vocación, y disfruta con sus alumnos en el CEIP Llorenç Riber de Campanet, del que llegó a ser directora. Garden está liderada por el fundador, Miguel Ramis; Gabriel Llobera Prats; su hermano Tomeu, director financiero y hombre que siempre ha estado al lado del fundador, y Miquel Ramis hijo y sucesor in pectore. Sin embargo, el trágico y prematuro fallecimiento de éste en 2009, unido a una profunda crisis económica global, sacuden la estabilidad de la familia y de la empresa. Miguel Ramis padre desconecta del negocio durante un tiempo y son los hermanos Llobera los que asumen un papel destacado como soporte de la compañía. Tomeu es el responsable financiero, lleva muchos años al lado de Miguel Ramis y goza de su absoluta confianza. Biel se ha formado en el sector, tanto académica como profesionalmente, y dirige la empresa de manera eficiente. Además lleva casi toda la vida en la familia ya que recordemos que su relación con Magda se inició siendo ambos adolescentes.
Pasados unos años, Miguel Ramis vuelve a coger las riendas de la empresa. La compañía ha recuperado la buena senda, gracias entre otras cosas al excelente trabajo de Tomeu y Gabriel Llobera. Además, los nietos, dos por parte de Magda y dos por parte de su hermano Miquel, han crecido lo suficiente como para replantearse el futuro. De esta manera, Magda decide incorporarse a la empresa familiar con el objetivo principal de garantizar una transición ordenada y efectiva. Lo hace con tristeza por abandonar, o mejor dicho dejar en suspenso, su trabajo durante 25 años como maestra, pero con la ilusión y el sentido de responsabilidad de su nuevo proyecto. Así, en 2015 llega a Garden una docente que conoce casi todo de educación pero casi nada de gestión hotelera. Un despacho muy grande, un cargo sin concretar y mucha responsabilidades que asumir son su bienvenida. Como ella misma dice «con 40 años encontrar mi sitio no fue fácil». Empezó haciendo las reformas de los hoteles, pasó luego a la experiencia del cliente, más tarde a los controles de calidad para acabar preparando la transición hacia la tercera generación de la familia. Siempre con el consejo de sus padres, Miguel y María. El suyo es un caso curioso: llegó a la empresa familiar mucho después que su marido y lo hizo sin más experiencia previa que las prácticas veraniegas en la recepción de alguno de los hoteles de la compañía. Sin embargo, esta tardía incorporación le supuso dos grandes ventajas: satisfizo su vocación de docente y pudo dedicar a ser madre mucho más tiempo del que hubiera dispuesto en otras circunstancias. Con el cargo de vicepresidenta ejecutiva y en continuo proceso formativo, Magda pilota la transición de la empresa.
LA TERCERA GENERACIÓN. El primero de sus miembros en incorporarse a la compañía fue Miquel Àngel Llobera Ramis (27), hijo de Magda y Biel. Estudió ADE y se incorporó al departamento de auditoría de Ernest & Young, pero no era su trabajo soñado. Se planteó dejar la multinacional y buscar otra ocupación de manera activa. Fue entonces cuando Biel le propuso incorporarse a la empresa familiar. Le ofreció reactivar un touroperador ciclista con el que trabajaban desde hacía tiempo y que tenía un potencial de crecimiento importante, todavía por explotar. Lo hizo con éxito, lo que propició que cuando Miguel Ramis decidió dejar el mando de las promociones inmobiliarias, fuera él quien diera un paso adelante para asumir esa responsabilidad. En la familia le ven como la reencarnación de su abuelo: tiene un carácter duro, no se arruga en las negociaciones y es capaz de lidiar con proveedores y clientes a partes iguales. Su vocación, sin embargo, es la música: compone e interpreta sus propias canciones y no descarta una dedicación más intensa cuando sus responsabilidades empresariales y familiares se lo permitan.
Unos meses más tarde, en noviembre de 2021, llega a la empresa Gabri Llobera Ramis (30), también hijo de Magda y Biel, y con formación en ADE y marketing comercial. Emprendedor y entusiasta lidera el marketing y la comunicación de la compañía gracias a la experiencia adquirida como consultor estratégico en una pequeña compañía llamada Hotel Factory y al tiempo que dedicó en KPMG a desarrollar el departamento de estrategia enfocada al turismo. Vivía a caballo entre Madrid y Mallorca, pero la pandemia le empujó a tomar la decisión de volver a casa. De los grandes aprendió conocimientos técnicos y de los pequeños una visión estratégica clave para el reposicionamiento de hoteles y la creación de planes estratégicos. Lidera los proyectos que antes de su llegada proponía y ejecutaba una consultora externa. El primero que desarrolló es Malgache, un restaurante que le está suponiendo un verdadero máster práctico, tras sus etapas teóricas. Además esta pilotando el rebranding de la marca. Así, todos los hoteles de la compañía pasarán a tener el nombre de Garden en primer lugar. El nuevo branding gira en torno al destino en el que se ubica cada hotel. También trabaja en dar visibilidad a los valores familiares y corporativos que han guiado la historia de la empresa. Siempre con el objetivo de tener la marca preparada para el proceso de expansión en el que trabajan.
Mariona Ramis Munar (26) es la nieta pequeña e hija del fallecido Miquel Ramis Garau. Estudiaba derecho en Madrid cuando la pandemia le obligó a regresar a Mallorca para terminar sus estudios vía online. Acabada la carrera buscó completar su formación con un máster, aunque no estaba segura si su especialidad debía ser el derecho urbanístico o el tributario. El abuelo, siempre al quite, le ofreció cursarlo mientras realizaba prácticas en la empresa familiar, tal vez barruntando lo que podía ocurrir. Estuvo en el departamento de contabilidad y durante el verano en el despacho del asesor fiscal de la empresa: ambas cosas le sirvieron para confirmar que ninguna de las dos actividades le gustaban. Durante la pandemia había tenido mucho tiempo para reflexionar y darse cuenta de que la cocina le atraía mucho más que el derecho. Fue entonces cuando Biel Llobera le propuso trabajar en un proyecto de cocina centralizada para todos los hoteles del grupo. Miguel Ramis dio la bendición a la propuesta y Mariona inició el proceso para hacer de la idea una realidad y llevar la quinta gama a todos los establecimientos del grupo. La construcción de un nave en Sa Pobla es el germen del proyecto. La idea es fomentar la agricultura cercana, con productos de la tierra y mantener la línea directa con ganaderos y productores locales, siguiendo una política habitual en la empresa. De hecho, una gran parte de los productos que se consumen en los hoteles de Garden provienen de las islas, especialmente el cordero mallorquín, del que son grandes benefactores. La quinta gama exige un producto de calidad y la cercanía y el conocimiento es una garantía de que así sea. Además permite optimizar recursos, cada vez más escasos en lo referente a capital humano, reducir costes, mejorar la oferta gastronómica de sus hoteles y ofrece la posibilidad de servir a caterings u otros establecimientos.
El último en incorporarse a la empresa ha sido Miquel Ramis Munar (30), hijo de Miquel Ramis Garau. Estudió en ESADE, en Barcelona. Pasó un semestre en México e hizo prácticas en Madrid, en Clearwater, una compañía especializada en fusiones y adquisiciones. También estuvo en una filial de Indra y en Servihábitat. Trabajó en proyectos de compraventa de empresas de sectores varios. Allí se dio cuenta de que el hotelero era el que más le gustaba: «cada hotel es un pequeño mundo en sí mismo», decía. Aprovechó una vacante en la rama hotelera de la multinacional Colliers y se incorporó a ella. Estuvo durante dos años y medio hasta que la pandemia le obligó a replantearse su situación. Participó en proyectos muy interesantes: soluciones de deuda para nuevas aperturas, reformas y planes de expansión además de relaciones con fondos y búsqueda de nuevas oportunidades. Era lo que necesitaban en su propia casa por lo que Biel le propuso incorporarse a la empresa familiar y continuar con su labor. Lo hizo en 2022, aunque durante dos años continuó en Madrid porque la ubicación facilitaba su trabajo. Ya en la isla, y con un hijo en camino, su labor sigue enfocada en los mismos objetivos: expandir la marca y crecer, especialmente en gestión.
Resulta curioso comprobar como la pandemia, tan negativa a nivel empresarial, aceleró la incorporación de la tercera generación. Como siempre, no hay mal que por bien no venga.
Retirado del día a día, el objetivo de Miguel Ramis es dejar la empresa limpia, sin deuda alguna. Continúa acudiendo a su despacho de manera habitual y recibiendo información que le mantiene al corriente de todo lo que ocurre en la empresa. Su interés no está en la labor diaria, para ello tiene un equipo trabajando, sino en marcar las líneas estratégicas que deben llevar a la compañía a un futuro cada vez más competitivo.
Siempre ha estado comprometido con el medio ambiente, con la cercanía, con favorecer a los que tiene a su lado. Por este motivo se sorprende de que ahora «se descubran» actuaciones que él siempre ha promovido en sus hoteles, como emplear al máximo productos de la tierra, reciclar, disminuir el desperdicio alimentario o intentar reducir los residuos, que Garden dedica al compostaje y a proyectos de biomasa. También son muy activos en la gestión de los recursos hídricos y en el ahorro energético. Tres son los pilares en los que están focalizados en su política de sostenibilidad: reducción de residuos, con un férreo control sobre los proveedores; compras responsables y cercanas y trabajo en formación y educación. Así, Magda Ramis mantiene viva su labor pedagógica con el impulso de un módulo de economía circular en el CIFP Juníper Serra y el apoyo de CaixaBank Dualiza para formar a los profesores.
Cuentan con siete líneas de negocio: RG Bugaderies, Nubia Market, Luxcom Cycling, Ses Branques, Malgache Restaurant, Canapé Gastro y Garden Hotels, todas relacionadas con el turismo. Prevén la apertura de un nuevo hotel en la República Dominicana, que contará con 196 apartamentos de una, dos y tres habitaciones y categoría de cinco estrellas. Será un todo incluido de la marca Nivia y completará su oferta, que hoy es de once hoteles en Balears y uno en Andalucía.
Están trabajando en el protocolo familiar que, aunque no está cerrado, ya tiene las grandes líneas de actuación marcadas. Garden Hotels cuenta órganos de gobierno simples, pero eficientes. Miguel Ramis, Tomeu y Biel Llobera componen el consejo de administración, al que también acude Magda. El consejo de dirección se convoca de manera regular y tiene funciones más ejecutivas. No tienen asesores externos, pero sí consejeros familiares a los que recurren cuando lo consideran necesario. Cada dos o tres meses se reúnen todos para poner las grandes ideas en común y mantener informado al fundador. Y mientras se trabaja en la continuidad de la compañía, la próxima llegada de un nuevo Miquel Ramis, el primer bisnieto, alegra el presente de la familia y garantiza el futuro de la empresa.