La ciudad amurallada de Dalt Vila presenta fortificaciones del siglo XVI. En la imagen, una de las entradas principales por el Portal de ses Taules.

La isla de Eivissa este año está de celebración. Y es que el 4 de diciembre se cumplen los primeros 25 años de la declaración de Eivissa como Patrimonio de la Humanidad. Cabe señalar que la declaración de Patrimonio Mundial es una distinción que otorga la UNESCO a aquellos bienes que tienen características excepcionales y de gran valor, razón por la cual se convierten en únicos en el mundo.

Así, la candidatura presentada por Eivissa bajo el nombre ‘Ibiza, Biodiversidad y Cultura’ consiguió tan alta distinción patrimonial el 4 de diciembre de 1999 en la ciudad de Marrakech, «reconociéndose así la dimensión universal desde el punto de vista natural y cultural», señalan desde el Ajuntament de Eivissa. El Patrimonio de la Humanidad reconocido por la UNESCO en el caso de Eivissa se trata de un «bien mixto», lo que quiere decir que posee elementos culturales y naturales de «valor universal excepcional», que ocupa un total de 9.020 hectáreas, la mayor parte de ellas marinas.

Así, los bienes culturales declarados Patrimonio de la Humanidad y que conforman este bien mixto son Dalt Vila, con sus fortificaciones del siglo XVI, la necrópolis fenicio-púnica de Puig des Molins y el asentamiento fenicio de Sa Caleta. El bien natural en este caso se caracteriza por la presencia de densas praderas de posidonia oceánica y «diversas comunidades marinas de la reserva natural». De hecho, la inclusión de esta planta marina tan importante para Eivissa fue clave para que la isla lograse la distinción de Patrimonio de la Humanidad, pues se trata del organismo vivo más antiguo del planeta y también el más grande, ya que cubre ocho kilómetros de costa. Tras conseguir esta importante declaración, Eivissa logró entrar a formar parte del Grupo Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España en el año 2002, lo que permite «realizar campañas de promoción conjuntas».

Patrimonio de la Humanidad
El asentamiento fenicio de sa Caleta.

EL ORIGEN. Esta importante declaración llegó a principios de diciembre de 1999, pero empezó a gestarse 13 años antes de la mano de Lluís Llobet, presidente de los vecinos de Dalt Vila, asociación en la que también estaba Enrique Fajarnés, que más tarde fue alcalde de la ciudad de Eivissa. En este primer intento, no se consiguió la declaración, pues la candidatura ibicenca únicamente incluía el recinto amurallado o ciudad antigua de Dalt Vila y la UNESCO lo consideró insuficiente. Tiempo después se empezó a trabajar con Enrique Fajarnés (PP), como primer edil, el segundo intento para conseguir este importante reconocimiento mundial.

Siguiendo el consejo de Abel Matutes Juan, que era en aquel momento ministro de Exteriores, se pidió ayuda a Icomos, la asociación asesora de la UNESCO, y fue entonces cuando empezó una ‘lluvia de ideas’ para presentar una candidatura innovadora y que captase la atención de la UNESCO. En esta sucesión de reuniones se decidió incluir la posidonia como valor natural distintivo y, para ello, se contó con Manu San Félix, biólogo marino, fotógrafo, documentalista y uno de los mayores expertos en posidonia.

Durante todo el año de 1999, el trabajo fue intenso para documentar históricamente los elementos de la candidatura ibicenca. Además, hubo varias visitas de expertos de Icomos y de la Unesco para inspeccionar los bienes. Y a todo esto se sumó el vuelco electoral en junio de ese año: Xico Tarrés (PSOE) ganó las elecciones en el Ajuntament de Eivissa, lo que propició un parón de dos meses en los trabajos de esta importante candidatura. En el pleno de la constitución de la nueva corporación municipal, Tarrés ofreció a Fajarnés ser comisionado para la candidatura del Patrimonio de la Humanidad para que así pudiera continuar con el trabajo que había iniciado tiempo atrás. Un ofrecimiento que fue clave y que permitió que no hubiese bloqueo político y se pudiera seguir trabajando en la candidatura de Eivissa como Patrimonio de la Humanida. Tal y como recuerda Fajarnés, fue vital que ambos partidos fueran juntos y con consenso en este tema tan importante.
El actual primer edil de Vila, Rafa Triguero (PP), reunió este pasado mes de abril a todos los exalcaldes y exalcaldesas de la corporación municipal con motivo del 25 aniversario que se celebra este año. De este encuentro, Triguero extrajo como principal conclusión «que cuando se trabaja unido, con consenso y con altura de miras por la ciudad los resultados son extraordinarios. Los ciudadanos están cansados del enfrentamiento político y hay muchos asuntos en los que estoy convencido que podemos ir de la mano si lo que de verdad buscamos es el bien común», expresó.

Patrimonio de la Humanidad
Una pradera de posidonia que es una planta marina que proporciona la belleza y calidad del agua.

Así, Triguero resaltó que la declaración como patrimonio mundial «es un hecho objetivamente positivo para la ciudad y sus vecinos y los distintos alcaldes y alcaldesas que participaron de una u otra manera en estos años desde la declaración, creo que tienen muchas cosas positivas que aportar. Renunciar a esas aportaciones no sería ni inteligente ni bueno para la ciudad. Soy una persona de consenso y diálogo; me gusta escuchar a todo el mundo y que todas las personas, especialmente si han tenido una relevancia así en la ciudad, hagan sus aportaciones para seguir trabajando en algo que debe unirnos y no separarnos. En resumen: unidos conseguimos más y mejores cosas», admitió.

ORGULLO. Según destacan desde el Ajuntament de Eivissa, esta declaración patrimonial es un «reconocimiento internacional» al patrimonio cultural y natural, al tiempo que «promueve un sentimiento de orgullo local». También reporta otras ventajas, como «el aumento del turismo cultural, una mayor visibilidad a nivel mundial, garantizar mayor protección y conservación del patrimonio» o bien intentar «romper la estacionalidad», algo que en una isla «eminentemente turística como la nuestra, este reconocimiento representa la herramienta apropiada para promocionar todos sus atractivos y superar el tópico de sol, playa y fiesta».

Por tanto, la declaración de Patrimonio de la Humanidad ha ayudado, y lo sigue haciendo, a «diversificar el perfil de los visitantes y lograr el objetivo de desarrollar al máximo el potencial de Eivissa como destino cultural». También contribuye, según precisan desde Vila, al aumento de la «conciencia patrimonial, la salvaguarda de nuestros bienes y la revitalización del patrimonio».

TRABAJO. Una vez conseguida la declaración se ha seguido trabajando de manera incansable para mantener y cuidar la distinción de Patrimonio de la Humanidad. «La declaración de Patrimonio Mundial no es un fin en sí mismo sino el principio de un camino de responsabilidades y compromisos cuya finalidad es el mantenimiento del valor universal excepcional de estas manifestaciones para las generaciones futuras», expresan desde Vila, donde también destacan que es un «compromiso» por parte del Ajuntament y de los ciudadanos la conservación de estos bienes.
Así, durante todos estos años, el Ajuntament de Eivissa ha impulsado un plan director de murallas, la restauración de varios baluartes y otros espacios de Dalt Vila, así como la museización de varios enclaves, reforma de varias calles y otros aspectos más prácticos, como el soterramiento de contenedores o proyectos de señalización e iluminación.

Entre sus próximas metas se encuentra la remodelación de la plaza de sa Carrossa, la rehabilitación de la calle Santa Maria, así como un parque arqueológico en el Hospital Vell. Pero, sin duda, el más ambicioso de todos y el que espera el primer edil que abra el 4 de diciembre con motivo de la fecha señalada de la declaración de Patrimonio de la Humanidad es el Parador de Eivissa, que será el primero de Balears. De hecho, el propio Triguero ha pedido al ministerio que hagan coincidir la apertura, prevista para finales de año pero aún sin fecha concreta y exacta.
«Estamos cerrando un programa de actos muy completo que incluirá conciertos, exposiciones, homenajes y alguna sorpresa, que daremos a conocer seguramente después del verano. Pero además, hemos querido que todo el año fuera especial, y por eso hemos realizado una programación especial poniendo el foco en que se hable de nuestro patrimonio y nuestra cultura», destaca el primer edil de Vila, quien añade que «hemos decretado la gratuidad de nuestros museos para tratar de que sea más fácil que los conozcan y disfruten nuestros visitantes, pero también por nuestros ciudadanos». Además, ha habido y sigue habiendo actividades como visitas teatralizadas gratis para los residentes, que han sido todo un éxito, así como actividades subacuáticas para que se conozca también la posidonia.