Los inversores más miedosos esperan el mes de mayo para salir del mercado. A los que pocas excusas les bastan se toman como dogma de fe la frase «Sell in May and go away» (vende en mayo y lárgate). Ya hemos analizado el comportamiento de las bolsas en los meses de verano y se ha demostrado que estar fuera históricamente sería un error, lo cual no significa que nunca bajan las bolsas en esta época (de hecho es cierto que suben algo menos).

De momento, y tras el impasse que supuso para la bolsa la caída de abril, este pasado mes de mayo ha teñido de verde los principales índices bursátiles. Eso sí, como está pasando desde el año pasado, con mucha concentración de sectores que empujan con fuerza a los índices (grandes tecnológicas en Estados Unidos y bancos en Europa) y que maquillan las rentabilidades no siendo reales en las carteras de los inversores.

Como muestra, los dos índices más rentables de este mes han sido el Ibex ultrabancarizado (con el impulso además de la OPA de BBVA a Sabadell) y el hipertecnológico Nasdaq, con revalorizaciones del 4,31% y el 3,61% respectivamente.

Tras ellos, el S&P que también tiene un porcentaje importante en tecnología, concretamente en las 7 magníficas (además impulsadas con unos desorbitados beneficios publicados por NVIDIA a finales de mes, que hace que este empresa de semiconductores ya acumule un 75,5% de rentabilidad en 2024).
De hecho, el tercer índice en discordia norteamericano, el Dow Jones con mayor diversificación entre sus componentes con más peso, ha cerrado plano (+0,03%).

Mientras en Europa, tras nuestro selectivo, se sitúan el DAX alemán (liderado, curiosamente, por Adidas aunque tecnológicas como Infineon han sumado mucho), el MIB italiano (otro muy bancarizado), el AEX holandés (con los fabricantes de maquinaria para semiconductores ASML y ASM), el EuroStoxx, el FTSE británico y el CAC francés (lastrado por el lujo textil) con subidas, respectivamente del 2,72%; 2,57%; 1,82%; 1,19%; 0,75% y 0,44%.

Este mes, a pesar de mantenerse como el índice más rentable en el mundo (de los más relevantes), el Nikkei japonés ha pasado algo más desapercibido sumando un 0,68% que no le permite acercarse de nuevo a sus máximos históricos. En este caso, a un inversor español, habiendo conseguido buenos rendimientos, quedan algo minimizados (si no ha cubierto la divisa con fondos «hedged») por el tipo de cambio ya que el yen ha seguido depreciándose contra el euro: la divisa comunitaria se ha revalorizado otro 3,59% para acumular un 9,60% en 2024 contra la nipona. Todo ello a pesar de la subida de tipos que ha comenzado en Japón y el movimiento contrario iniciado en Europa.

En el lado opuesto, ha sido un mal mes para los países emergentes, salvándose por muy poco el Sensex indio (+0,11%). Se han visto caídas en Shangai (-0,58%); Kospi coreano (-1,51%); Hang Seng de Hong Kong (-2,15%) y Bovespa brasileño, el peor de lo que llevamos de 2024. Ahora las bolsas vivirán un paréntesis sin resultados empresariales pero muchos datos macro y reuniones de bancos centrales que marcarán el ritmo a corto plazo.