Estamos oficialmente en precampaña electoral. Y digo oficialmente porque no sé ustedes, pero el que les escribe tiene la sensación de encontrarse en precampaña todos los días a diario desde hace unos cuantos años. Basta ver el ruido mediático que rodea a nuestra clase política que, ya metidos de hoz y coz en el mercado persa, entre descalificación y descalificación, prometen lo inimaginable. Y no es porque estemos en un año en el que se van a dar dos convocatorias electorales críticas, no, sino porque en su largo proceso de reflexión es ahora cuando «han caído en la cuenta» de que, o conectan con las preocupaciones reales de sus electores, o ya pueden irse despidiendo de, o no aspirar a, sueldos, prebendas y coches oficiales. Dicho sea esto desde el respeto más absoluto y en estrictos términos de ironía.
No se podía saber
12/05/23 9:36
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