La memoria anual refleja que durante el año 2021 se han trabajado seis objetivos: dar continuidad al trabajo en red, reivindicar las empresas de inserción, fortalecer la economía solidaria con nuevas empresas y más formación, impulso del mercado social, promover la compra pública responsable por parte de las administraciones e impulsar políticas públicas de fomento de la economía social. En el último año se han sumado a REAS Balears la entidad el supermercado cooperativo Terranostra y los proyectos de vivienda cooperativa Plegats, Es Llindar y Binisàvia. Por otra parte, se han dado de baja Kanostra, Candela Projectes Solidaris, Ecoprest y Triam de Tot. REAS Balears está integrada en REAS Red de redes de economía solidaria, que aglutina a nivel estatal a más de 900 organizaciones de 15 comunidades autónomas.
Entre las organizaciones de economía solidaria de Balears destacan seis empresas de inserción: Benfet Serveis i Manteniment está impulsada por Projecte Home Balears; Mestral Inserció i Medi Ambient es de Càritas Menorca; Eines x inserció es de Càritas Mallorca; mientras que Deixalles Serveis Ambientals, Deixalles Inserció i Triatge y Triam de Tot son de la Fundació Deixalles. Esta última ha cesado su actividad y Deixalles Serveis Ambientals ha asumido sus funciones y personal. Las empresas de inserción se dedican a tareas de peonaje de baja cualificación, como servicios de mantenimiento de jardinería, limpieza y, sobre todo, gestión y tratamiento de residuos. Jordi López, presidente de REAS Balears, señala como uno de sus principales retos diversificar las actividades de las empresas de inserción, que de esta forma podrían acceder a contratos reservados de las administraciones.
EL PROBLEMA DEL TEXTIL. El informe pone de manifiesto el gran problema que existe en la actualidad con los residuos textiles. Hasta el momento, Deixalles y Càritas se ocupaban de tener contenedores de ropa y accesorios textiles, que recogían de forma periódica, seleccionaban de forma manual y revendían las prendas de mayor calidad en sus tiendas de segunda mano. De esta forma, se autofinanciaba el servicio a la vez que se fomentaban la inserción sociolaboral y la economía circular. Sin embargo, este sistema ya no es viable. La baja calidad de la ropa recuperada, la competencia que supone la ropa nueva low cost y el incremento de los costes de eliminación de la fracción no recuperable hacen que no se pueda recupera el coste estimado de mil euros por contenedor y año que vale la recogida diferenciada de residuos textiles. Para poder seguir prestando este servicio, y dado que todos los ayuntamientos tienen la obligación de hacer recogida diferenciada de residuos textiles según la Ley baler de residuos, en estos momentos los consistorios ya están trabajando en la licitación de estos servicio, mientras que el Govern ha lanzado subvenciones para sufragar parte del coste.