En uno de los últimos artículos del año pasado, en esta sección, se enumeraban los factores que podían afectar a los mercados en los próximos 12 meses.
Dos de ellos se han puesto de manifiesto justo al principio:
El primero es la inflación que se está consolidando y en la última reunión de la Reserva Federal americana (FED) ya se han puesto de manifiesto y, con toda probabilidad, en marzo se producirá la primera subida de tipos oficiales (tras las decididas por Inglaterra y Noruega). Realmente no fue una sorpresa para el mercado, que ya había ejercido presión vendedora, consolidándose en el mismo día de la reunión.
Como se verá a continuación, los valores tecnológicos se han visto más afectados ya que, en teoría, se necesita más tiempo para valorar beneficios (ajustados a tipos de interés).
El segundo factor que ha inyectado pánico este mes es el primer «cisne negro» del año: el conflicto entre Rusia y Ucrania provocó la semana pasada un «lunes negro». El impacto para las bolsas es un incremento de costes energéticos, por lo tanto un pánico poco justificado, especialmente teniendo en cuenta la realidad del conflicto y las posibilidades de una invasión bélica real.
De hecho, aunque el petróleo se ha revalorizado este enero, los últimos días han sido moderados, incluso cayendo el «lunes negro» lo que demuestra que el mercado no espera una intervención armada. Con ello las bolsas europeas han caído con la excepción del FTSE británico y con un IBEX que, aparte de Londres, ha sido la bolsa «menos mala» perdiendo un 1,16%.
La falta de tecnología en el IBEX y lo bancarizado que está ha ayudado a este resultado: Caixabank, Sabadell y Bankinter copan el podio con subidas del 17,9; 16,15 y 15,10%, respectivamente; no quedando muy mal los dos grandes bancos, con un 7,31% de BBVA, y un 5,24% de Santander.
Buen comportamiento también de las empresas turísticas, con la mallorquina Meliá como cuarta mejor acción con un sustancial incremento del 11,36%.
Que el resultado haya sido negativo en global tiene mucho que ver el 21,26% que ha perdido Cellnex (cuya capitalización y, por tanto, peso en el IBEX) creció mucho en 2021.
Mucho peor le han ido las cosas a las bolsas americanas y a la japonesa, por ese castigo puntual a las empresas tecnológicas. De esta manera, mientras que el Dow Jones (el más diversificado) ha perdido un 3,32%; el S&P y el Nasdaq han caído un 5,26% y un 8,52%, respectivamente. En medio de ellos se sitúa el Nikkei nipón con una depreciación del 6,22%.
Como pasa en tantas ocasiones, entre los países emergente se ven todos los colores. Este mes ha sido muy positivo para dos bolsas que el año pasado se comportaron muy mal: el Bovespa brasileño consiguió revalorizarse un 6,99% y el índice de Shangai sumó un 2,13%; además, el Hang Seng, donde cotizan compañías chinas, y el Sensex indio han tenido pérdidas residuales.
Por último, en el lado diametralmente opuesto, la bolsa coreana se ha dejado un poco más del 10%.