A raíz del nombramiento del nuevo Gobierno se ha producido una reestructuración de los departamentos ministeriales que ha implicado, además de la ampliación de vicepresidencias, el cambio de denominación de algunos ministerios. Este cambio ha tenido una significativa incidencia para las cooperativas de trabajo con el nombramiento de la Ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz. La creación en España de un Ministerio de Economía Social es una petición histórica de la Confederación Española de Economía Social (CEPES) y de las cooperativas, a semejanza de lo que ya realizaron con éxito Francia y Luxemburgo.
El modelo cooperativista es uno de los principales ejes de la Economía Social (ES) y, como tal, jugará un papel protagonista en colaborar, con el recién creado Ministerio, para buscar fórmulas que permitan construir un ecosistema favorable a la ES que garantice un crecimiento sostenible económica y socialmente, con empresas comprometidas y en las que prime la persona, de manera que podamos garantizar el cumplimiento de la Agenda 2030 y la consolidación del Estado de Bienestar para las generaciones futuras.
Hablar de economía social es hablar del 12% del PIB, es hablar de 42.000 empresas que representan a casi 2,3 millones de trabajadores; es apostar por un modelo que concibe una economía próspera con valores como la gestión democrática, la cohesión social, el desarrollo local o la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, además de luchar para que todo ciudadano obtenga un empleo digno y estable, alejado de la precariedad laboral.
El liderazgo de nuestro país, en materia de economía social, va a verse reforzado con la presidencia del Gobierno de España, durante el 2020, del grupo de 16 miembros de la UE que priorizan la ES. Esto unido al mandato de la presidenta de la Comisión Europea de elaborar un Plan de Acción Europeo de ES permitirá marcar una agenda internacional de trabajo intensa para los próximos meses.
La sociedad y la economía española y europea necesitan activamente los valores que proclama la ES. Hasta ahora solo ha existido el valor económico y este ha fracasado. Por ello, hay que ampliar hacia los valores propios de la ES: primar a las personas sobre el capital, con empresas rentables, sostenibles, en las que las decisiones se tomen democráticamente y que generen empleo estable, de calidad e inclusivo. En definitiva, tal y como afirmó el presidente de CEPES en una reciente reunión con la ministra Díaz, se hace preciso reinventar nuestra economía, y en este sentido es imprescindible la economía social porque humaniza la globalización y también introduce criterios ecológicos y sociales en las cadenas de valor.
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