En el lugar donde estaba antes la Librería Vara de Rey hay ahora una franquicia de moda. | Daniel Espinosa

Tejidos Can Casetes era una tienda mítica de Eivissa ciudad con casi 300 años de historia, que cerró en 2015 por jubilación. Casa Domingo, una camisería muy reconocida y respetada en la isla, abrió en 1950 y cerró en 2017 por jubilación de la propietaria. En los últimos cinco años, Eivissa ha visto cómo se cierran negocios míticos e históricos de la isla, que han acompañado a varias generaciones de ibicencos.

A los mencionados hasta el momento se suman otros tantos, como la pastelería Los Andenes, en el puerto viejo de la ciudad, que abrió sus puertas en 1950 y acabó cerrando también a finales de 2015. En su lugar, ahora hay una franquicia. La tienda Ballerina, dedicada a la venta de productos de danza, cerró el año pasado tras tres décadas de trabajo por jubilación de su propietaria. Cerca de este establecimiento estaba ubicado Deportes Marí, que cerró sus puertas en 2018 después de 46 años, por el auge de la venta online.

Una tendencia al cierre de negocios históricos cuyo máximo exponente se alcanzó el 10 de febrero del año pasado cuando oficialmente se cerró la Librería Vara de Rey, en el paseo que lleva el mismo nombre en la ciudad de Eivissa. Este cierre fue un auténtico mazazo para la sociedad pitiusa ya que esta librería era la más antigua de la isla y se había convertido en un referente social.

El día del cierre, centenares de ibicencos hicieron cola para comprar su último libro o periódico en la mítica librería, que bajó la persiana de manera definitiva tras 45 años por varios factores, entre ellos, el auge de las ventas por internet. Un año antes, en 2017, la Librería Vara de Rey recibió el premio Posidonia a la Excelencia Empresarial de la Cámara de Comercio pitiusa, un evento en el que se advirtió de la delicada situación que atravesaba el pequeño y mediano comercio en las Pitiüses.

Actualmente, donde estaba la Librería Vara de Rey hay una franquicia de moda. El último cierre de un comercio tradicional se produjo la semana pasada cuando Can Xuxes cerró tras 25 años de trabajo por no poder asumir el aumento del alquiler.

CAUSAS. No hay datos oficiales sobre el total de cierres de negocios históricos que se han sucedido en los últimos años. El presidente de la patronal del pequeño y mediano comercio de Eivissa y Formentera, Alfonso Rojo, tiene claro que estos cierres responden a varias causas: “Históricamente, el cierre de negocios se producía por falta de relevo generacional. Pero desde hace unos cinco años se está desatando y expandiendo la venta online de una manera brutal y cada vez va a más. Antes de la expansión de la venta por internet, el cierre de negocios era porque los hijos no se querían dedicar al negocio. A este factor se suma ahora el crecimiento de las ventas online, al que hay que añadir el aumento en los precios de los alquileres de los locales. Es la tormenta perfecta”, explica Rojo, quien afirma que, actualmente, “ya no es atractivo tener un negocio porque deja de ser rentable”. En este sentido, señala que hay un “maremágnum de normativas y obligaciones que se deben cumplir y que para el empresario implican un coste, porque si dijeras que son normativas que puedes aplicar sin aumentar costes no pasaría nada, pero no es así. A esto se suma que los impuestos no bajan y si vas viendo que no bajan impuestos, hay normativas que cumplir, pero las ventas no aumentan, pues el negocio deja de ser rentable, y entonces, el panorama es negativo y desalentador”.

En paralelo a la burbuja del alquiler de vivienda en las Pitiüses se ha producido un aumento de los alquileres de locales comerciales, que el presidente de Pimeef tilda de “auténtica barbaridad”.

En este sentido, en el paseo Vara de Rey los alquileres están alrededor de 6.000 euros los más antiguos y entre los más nuevos se pueden encontrar negocios que pagan 12.000 euros o más al mes. Cerca de Vara de Rey está el barrio de la Marina, en el que el alquiler medio de un bajo comercial se sitúa entre los 2.500 y los 3.000 euros al mes, unos precios que se pagan durante todo el año pese a que el negocio trabaje solo la temporada.

El alto precio de los alquileres genera que “los negocios no sean rentables y aguanten un año o dos. La gente que tiene un local considera que tiene que subir el precio del alquiler porque está en su derecho y así lo cree, pero propicia que quien monta un negocio pagando esos precios no obtenga rentabilidad y haya mucha movilidad de un año a otro, lo que provoca el empobrecimiento de las zonas y que no sean atractivas comercialmente. Si salimos de la ‘milla de oro' de Ignasi Wallis, Bartomeu Roselló y Vara de Rey, cuesta ver zonas comerciales atractivas. El problema es que si tienes un negocio y el de al lado cierra y se queda sin alquilar por lo que sea un tiempo, el negocio que permanece abierto y esa zona dejan de ser atractivas y la gente no tiene lo que llamamos ‘comprera'; ya no va allí de paseo y de compras”.

El presidente de Pimeef señala, además, otra realidad: una calle con pequeños comercios cerrados es una calle “sucia, sin vida, sin atractivo e insegura”. En este sentido, se pierde “vida de barrio, el bajar y saber que el tendero te preguntará por tu familia. Con el pequeño comercio hay ese feeling entre vecinos y esto se está perdiendo. Queremos hacer una sociedad muy dinámica y nos estamos empobreciendo con otras cosas”.

Estos pequeños comercios, además, son los que se implican en la vida social de la isla ya que, tal y como recuerda Alfonso Rojo, son los que, por ejemplo, patrocinan a los equipos deportivos. “Esto es hacer sociedad y todo lo que es venta online es empobrecimiento a corto plazo”, precisa. El presidente de Pimeef tiene claro que “falta conciencia” por parte del ciudadano ya que, por lo general, cuesta ver que cuando se cierra un pequeño negocio y más tarde surge una franquicia, se pierde “arraigo”. “Nos estamos cargando los barrios. La expresión es fer barri y hay que tener en cuenta que cuando se pierde una zona comercial luego cuesta mucho reactivarla”, señala.

CAMBIO. En esta misma línea se expresa Dessiré Ruiz, concejal de Comercio del Ajuntament d'Eivissa. “El cambio de modelo de consumo afecta a los barrios de prácticamente todos los municipios de la isla. Pienso que el pequeño comercio va más allá de ser un lugar en el que abastecerse. Es un eje vertebrador de nuestros barrios, el lugar donde te encuentras a tus vecinos. Donde hay comercios abiertos hay mayor seguridad, mayor ambiente de barrio y más relaciones vecinales”.

En este sentido, Ruiz señala que lo que está pasando en el pequeño comercio “es un síntoma de cambios sociales. La responsabilidad no es solo de los pequeños comercios y de las instituciones. Nosotros, como consumidores, debemos hacer una reflexión directa acerca de cómo compramos, de la inmediatez en la que queremos los productos y, en definitiva, del tipo de vida que queremos”.

La responsable de Comercio de la ciudad de Eivissa señala que esta tendencia al cierre de pequeños comercios “no es irreversible” sino que responde a un “cambio de paradigma en el que hay un cambio en el modelo de consumo y al que las pequeñas empresas deben sumarse también”. Así, recuerda que “estamos en una sociedad digitalizada” en la que las empresas combinan “presencia online con atención al cliente tanto presencial como digital; han visto cómo han abierto el canal único de contacto con su cliente, es decir, la tienda física con productos especializados y tienen éxito. Se trata de ofrecer al cliente una experiencia más especializada”.

COLABORACIÓN. Entre las medidas que impulsa el Ajuntament d'Eivissa para dinamizar el pequeño comercio, Ruiz apunta que se están llevando a cabo campañas, ferias de stocks y eventos durante todo el año. “Además, hay otras líneas de colaboración en cuanto a la creación de nuevas empresas y apoyo al empresariado que se realizan desde Eivissa Crea. Todo ello con el objetivo de visibilizar al pequeño y mediano comercio de la ciudad de cara al consumidor y de apoyo a las empresas de networking, asesoramiento comercial y otras acciones dirigidas a promover la modernización de los establecimientos”. También destaca la colaboración con Pimeef en acciones “que sirven para fidelizar al consumidor”.