Como cada verano, estamos inmersos en una nueva temporada, en la que destaca el gran número de turistas que nos visitan. La maquinaria turística empieza a rodar a pleno rendimiento y, por tanto, también la aeroportuaria para poder atender a los millones de pasajeros y así desempeñar el papel que comentábamos antes como impulsores y dinamizadores de la actividad económica de la isla.
Viendo los datos de crecimiento, se vislumbra una gran diferencia entre el crecimiento en temporada alta, que de media fue de un 1,5% en 2018, del crecimiento en temporada de invierno, que de media fue de un 11%.
Reafirma estos datos el crecimiento que se ha producido en los últimos cinco años respecto a los meses punta y los meses valle: el incremento en el mes de agosto ha sido del 19%, mientras que en el mes de diciembre el dato casi se triplica con un crecimiento del 54%. Estas cifras permiten introducir el análisis del tráfico aéreo en el invierno y el papel que el aeropuerto juega en temporada baja.
Si miramos las cifras del pasado invierno vemos que el tráfico interinsular ha permitido que casi 350.000 (+9%) pasajeros se muevan entre nuestras islas; y en el tráfico nacional, que más de 2.700.000 (+16,5%) pasajeros vuelen entre Mallorca y la península. De aquí, el factor vertebrador del territorio tan clave que desempeña nuestra infraestructura como facilitador de la movilidad de los habitantes de la isla, especialmente en la temporada baja, dada la estacionalidad en las que estamos inmersos.
Asimismo, durante el invierno, el tráfico internacional también ha crecido un 29% respecto al año anterior. Este dato explica el papel del aeropuerto en la desestacionalización y, por tanto, en la contribución a que el destino sea más atractivo durante el invierno, lo que ayuda a que la actividad económica durante los meses con menos tráfico sea más sostenible.
Estas cifras responden positivamente al objetivo que nos planteamos hace ya unos años junto con las instituciones autonómicas y locales en el seno del Comité de Desarrollo de Rutas, donde se establecen las bases sobre las que trabajar en materia de promoción del tráfico aéreo en los meses de menor actividad. Desde entonces, Aena, mediante el área de Marketing Aeroportuario, ha focalizado su actividad de en los meses de invierno, trabajando de forma alineada con los intereses de las instituciones que representan a los habitantes de nuestra isla.
Estos resultados demuestran que la estrategia de promoción conjunta que se está llevando a cabo en los últimos años está consiguiendo los objetivos propuestos.
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