Junto a la capacidad de innovar, la formación y la educación definen a las sociedades más avanzadas. La Estrategia Europa 2020 confirma el carácter estratégico de la educación y la formación como motor de la competitividad y crecimiento futuros. Incluso hoy en día existe un consenso generalizado al considerar que uno de los factores clave para asegurar el crecimiento económico de un país, o de una región como Balears, es su capital humano y que la inversión en educación constituye una de las vías más eficaces para impulsar el desarrollo económico y la mejora de la competitividad.

En esta línea, una educación ajustada a las necesidades del entorno es indispensable para hacer frente a las circunstancias económicas cambiantes, a los retos que nos plantea la globalización y a las oportunidades que nos abre la digitalización. Que seamos capaces, como sociedad, de adaptarnos a los cambios requiere voluntad, valentía, estímulos y dinamismo. Tomando como modelo otros países europeos, nuestro sistema de formación ha de estar más alineado a la realidad de la empresa y de la actividad económica. Ambos han de fusionarse en un objetivo común: el crecimiento y transformación del sistema productivo.

Sin embargo, la prueba definitiva de lo mucho que nos queda por hacer la aporta la Fundació Impulsa Balears, iniciativa estratégica de CAEB en la que participa el Govern y, cada vez, un mayor número de empresas. Gracias al trabajo de Impulsa sabemos que algo más de la mitad de la población ocupada en las Islas (50,7%) trabaja en puestos no adecuados a su nivel formativo, bien por infracualificación (33,7%), como por sobrecualificación (17%). Además Balears presenta un evidente desequilibrio en términos de escasez de mano de obra con nivel formativo medio ya que la población activa con esta cualificación tan solo alcanza a cubrir el 56% de los puestos de trabajo que las empresas demandan.

Un diagnóstico que nos invita a activar la palanca del talento en Balears para incrementar la dotación de trabajadores con ciclo medio de Formación Profesional e incentivar la demanda empresarial en el tramo alto de cualificación, avanzando en materia de innovación, investigación, aprovechamiento tecnológico, eficiencia y sofisticación empresarial o internacionalización del tejido productivo de nuestras islas. El esfuerzo debe centrarse en minimizar esta inadecuación mediante políticas de mejoras en el mercado laboral, en el marco educativo y en las propias empresas para ser capaces de formar, entre todos, los profesionales que necesitamos. No hacerlo nos resta rentabilidad económica y social e hipoteca nuestra competitividad y el bienestar de nuestra sociedad.

Es un problema que no podemos obviar y que requiere que unamos nuestros esfuerzos. Desde CAEB somos conscientes de esta realidad, damos un paso al frente, e invitamos a todos los actores involucrados a darlo también. Empresas, asociaciones empresariales, sindicatos, sector educativo y administraciones competentes tanto en los ámbitos de la educación, la formación y el laboral. Trabajemos juntos, con valentía, porque es un problema que nos atañe a todos ya que, en definitiva, es un desajuste que sufrimos todos.