La Dirección General de Trabajo, Economía Social y Salud Laboral lleva tiempo trabajando en el plan de autoocupación 2017-2020, convocando a distintos agentes sociales y empresariales para debatir su contenido. Con muy buen criterio, se pretende hallar una fórmula para evitar que muchas de las personas que han obtenido una ayuda para establecerse como autónomo/a tengan que devolverlas al poco tiempo, puesto que la ley exige mantener la actividad por lo menos 3 años. Es una tragedia personal no poder mantener tu actividad una vez que te has decidido dar el paso, y si además tienes que devolver los 5.000 euros de media que se otorgan, el problema es aún mayor.

En dicho plan existe una batería de acciones de asesoramiento y formación que se pretenden liderar desde la Administración pública, esperemos que no se olviden de las asociaciones profesionales de emprendedores y empresarios más representativas de la Comunitat que entre sus fines tienen reconocido el fomento de la actividad empresarial, y que subvencionen a estas entidades la ejecución de los proyectos de orientación, asesoramiento, tutorización o mentorización, asistencia técnica y acompañamiento individualizado de aquellas personas que pretendan desarrollar un proyecto de emprendimiento, tal y como se realiza en otras comunidades autónomas, como por ejemplo en Andalucía.

Se habla mucho de ayudar a los emprendedores que están empezando y necesitan apoyo para el establecimiento de su proyecto, que está perfecto, pero se debería hablar también de las empresas y empresarios que ya llevan algún tiempo en el mercado y tienen dificultades para poder seguir con su actividad empresarial. Así pues, debería existir una línea de ayudas para la “consolidación empresarial”, dirigida a favorecer el fortalecimiento de las iniciativas económicas desarrolladas por los trabajadores y trabajadoras autónomos.

Por último, también es necesario promover la “creación de empleo de calidad”, mediante ayudas y subvenciones dirigidas a fomentar la creación de empleo estable y por otra parte favorecer una mayor presencia de la mujer en el trabajo autónomo y promover las condiciones óptimas para conciliar la vida personal, laboral y familiar.