Saúl Martos es el propietario de Turquesa Catering. | Aina Ginard

Cuatro años y medio de vida avalan Turquesa Catering. Saúl Martos, su alma y propietario, ha conseguido canalizar su dilatada experiencia en el sector en una empresa que ha hecho de la calidad y seriedad sus principales valores.

No compiten en precio pero saben adaptarse a las necesidades del cliente sin renunciar a servir un producto de calidad. Turquesa Catering realiza todo tipo de eventos, desde bautizos, cumpleaños, comuniones, inauguraciones, presentaciones..., aunque las bodas son su argumento más sólido.

Martos, con más de 20 años de experiencia en el sector, trabajaba en una empresa que murió víctima de la crisis. El cierre le dejó sin trabajo. Decidió montar su propia empresa desde cero, pero con el importante bagaje que supone el profundo conocimiento del sector. “Los inicios fueron muy duros. Fuimos comprando poco a poco”, explica Martos, que añade orgulloso que Turquesa Catering no ha dejado de crecer desde su fundación.

La empresa cubre todo tipo de eventos. De hecho, los enlaces matrimoniales son muy estacionales y Turquesa mantiene sus puertas abiertas todo el año. “Las bodas son vitales para la empresa, aunque también ofrecemos nuestros servicios para congresos, presentaciones, aniversarios, conferencias...”, explica Martos.

SIGUIENDO LA MODA. Turquesa Catering ofrece un servicio integral, que alcanza todos los aspectos decualquier tipo de evento. En todo caso, la gastronomía es siempre esencial. “Tenemos una carta muy amplia, que además vamos ampliando en función de las peticiones de los clientes. Nuestra oferta es variada. Ahora, por ejemplo, está de moda la cocina asiática, los show cooking... Nuestros cocineros están en formación casi permanente para adaptarse a las necesidades del mercado. Nosotros siempre ofrecemos productos de calidad alta. Ajustamos precios, pero no bajamos la calidad. Ganamos menos, pero nuestros productos son de alta gama”, insiste en pregonar Martos, que relata que también se han puesto de moda las ostras. “Es un producto muy delicado. Hay una persona que abre la ostra al momento”, explica. La carta de Turquesa Catering recoge todo tipo de aperitivos, tanto fríos como calientes, distribuidos en tres grandes grupos: de pescado, vegetarianos y de carne. Más de una treintena de entrantes (cremas, fríos y calientes) pueden dar paso al plato principal, también con una oferta extensa. La oferta de postres es también amplia y viaja entre los grandes clásicos de la repostería hasta los productos más innovadores. Además, pone a disposición de los clientes unos menús cerrados con un amplio abanico de precios.

La empresa ofrece también diferentes lugares para cualquier celebración. En este sentido, Ses Cases de sa Font Seca (Bunyola), Son Marroig (Deià), Cuevas dels Hams (Portocristo), Biniorella (Camp de Mar) o el Convent del Marquès (Santa Maria) son algunas de las posibilidades con los que más trabaja Turquesa. La empresa ofrece también el alquiler de la vajilla, la cubertería, la cristalería, además del mobiliario, el transporte o el montaje.

SERVICIO INTEGRAL. La empresa ofrece un servicio global, integral, para que sus clientes no hayan de preocuparse de nada, y que abarcan todo lo necesario para cualquier evento (comida, mesas, sillas, decoración, cocineros, camareros, etc.).

Los caterings afrontan siempre dos grandes retos: que la comida sea caliente o fría -como corresponda- y que sea buena. Martos no duda. “Solo faltaría. Lo caliente es caliente y lo frío es frío”, asevera.

Turquesa Catering no cierra, sino que en temporada baja se esfuerza en captar eventos, congresos... “El asesor fiscal me recomienda que cierre, pero quiero mantener la empresa abierta los doce meses del año. Trabajamos para captar clientes y estoy convencido de que estamos en la buena línea”, afirma Martos.

Además de la fuerte estacionalidad, la competencia desleal es uno de los grandes problemas del sector. “Hay personas que utilizan la cocina de su casa para hacer caterings, sin ningún tipo de control”, asegura.

La empresa, que puede realizar más de 200 eventos al año, abarca desde masivas celebraciones de 1.000 personas hasta actos restringidos con una docena de comensales. Martos tiene claro que no renuncia a ninguna propuesta.

Turquesa Catering tiene 17 trabajadores fijos, aunque en temporada alta, por la celebración de algún evento multitudinario, han llegado a estar contratadas 84 personas. La cocina cuenta con tres cocineros fijos y cuatro fijos discontinuos y en temporada alta llegan a ser diez.

Turquesa Catering cuenta con una sede comercial en el centro de Palma -concretamente en la calle Can Cavalleria-. Las cocinas se encuentran en el polígono de Marratxí y disponen de las preceptivas salas de frío y diferentes zonas de elaboración. Además, tiene dos almacenes en el polígono de Marratxí donde se guardan toda la cubertería, copas, mesas, sillas, manteles, etc. y que cuenta con un tren de lavado para platos y cubiertos.