Varias decenas de activistas de Prou!, durante su acto de protesta en Cala Molí. | DANIEL ESPINOSA

La plataforma ciudadana Prou! Pitiüses en Acció cumple un año reivindicando mano dura contra la usurpación de las playas de Eivissa y Formentera. Representantes de la plataforma se reunieron el pasado mes de diciembre con el presidente del Consell d’Eivissa, Vicent Torres, para informarle sobre sus principales reivindicaciones y “del creciente malestar” de la sociedad ibicenca con la privatización de espacios públicos o la contaminación acústica, entre otros asuntos.

Prou! apuesta por reducir el número de plazas turísticas de la isla de Eivissa “de forma gradual pero sin pausa” y por dejar de hacer promoción turística “mientras se mantengan los récords actuales de llegadas de turistas”. En cuanto a las casas de campo, que aseguran que la mayor parte de las que se construyen en la mayor de las Pitiüses “se denominan villas, donde se hacen fiestas ilegales y son de gran superfície”, quieren que se denieguen las licencias de obra mayor en toda la Red Natura 2000, “aunque el Govern informe favorablemente”.

Otras de las propuestas de Prou! es no otorgar más licencias para beach clubs, la reducción a la mitad de las plazas para los rent a cars o prohibir la llegada de nuevas especies vegetales a la isla, entre otras cuestiones.

El colectivo, que cuenta con 9.000 simpatizantes en Facebook y más de medio centenar de activistas, celebró el pasado fin de semana su quinta acción en contra de la privatización del litoral con su particular ‘truitada’ en la playa de Talamanca donde, según denunciaron, “hay un empleo de elementos que no contribuye a mantener un espacio libre como sería de desear por la mayoría de familias que van a esa playa, especialmente con niños”.

Desde que comenzó la temporada estival, Prou! ha llevado a cabo las denominadas ‘Ses Truitades’, que se componen de actividades lúdicas y se incluyen en la campaña ‘Recuperemos las playas con tortillas payesas’. Así, los activistas acuden al espacio –escogido a través de una votación en las redes sociales– cargados con sombrillas y neveras y luciendo camisetas negras reivindicativas. A través de dichos encuentros pretenden constatar el estado de semiprivatización en el que consideran que se encuentran muchas de la playas, “ya sea por obstáculos artificiales, como cadenas, barreras o elementos exteriores de mobiliario que usurpan los espacios públicos, o bien por la intimidación subliminal que ejercen los empleados de algunos establecimientos que se hallan ubicados junto a la orilla del mar”.

CONVIVENCIA. Según explica una de sus portavoces, Antònia Maria Cirer, “nuestro deber como ciudadanos es luchar activamente para recuperar el espacio público de Eivissa”. “En la isla siempre han convivido tendencias sociales muy diferentes que han sabido llegar a un acuerdo para usar el territorio de forma que todo el mundo tuviera su espacio y sus derechos garantizados. Lo que está sucediendo desde hace unos años es que este acuerdo colectivo se ha roto porque hay intereses económicos muy fuertes, la mayoría de ellos de gente que es de fuera, que están empujando a los ibicencos y a los residentes para echarnos de los espacios que hasta ahora habían sido lugares para uso y disfrute en común”, indica.

Pero su diana no son los turistas, como explica otra de sus portavoces, Cati Marí: “Los turistas no tienen ninguna culpa, de hecho es que nos están echando a los isleños y a los turistas. Ahora mismo el negocio es para cuatro beach clubs y empresas que se están adueñando de las playas”.

La participación en cada acto ronda las 30 personas. Anteriormente se han celebrado ‘truitades’ en Platja d’en Bossa, Cala Jondal, Cala Bassa y Cala Molí. Aunque la campaña no está pensada para efectuar denuncias, los activistas de Prou! ya han constatado en enclaves como Cala Jondal que varios yates de gran eslora fondeaban “dentro de la zona que está acotada y reservada para bañistas”, al tiempo que las hamacas y camas balinesas de ciertos establecimientos, que califican de discotecas de playa, “ocupan seguramente más espacio del permitido por la autorización municipal”.

El colectivo insiste en que su objetivo es recuperar la calidad de vida, la protección de espacios naturales y acabar con la masificación turística, logrando un turismo sostenible. Para ello avanzan que en otoño harán las reivindicaciones en las instituciones. Habrá ‘truitades’ en el Consell y en los ayuntamientos y esperamos que sean más efectivas”, señalan.