El trilema de Rodrik

Solamente dos de las tres opciones son compatibles. La democracia disminuye en el Estado Nación a medida que este se integra en la economía mundial. Democracia y Estado Nación conviven a costa de una menor globalización y la democracia solo puede coexistir con la globalización si se debilita el Estado Nación.
La traslación al mundo del turismo, en los destinos maduros, sería la siguiente: hay que escoger dos de las tres opciones: más turistas, más ingresos totales o más ingresos por turista. A mayor número de turistas, lo normal es que suban los ingresos totales pero disminuyan los ingresos por turista. Es decir puedes tener más turistas y más ingresos, más ingresos totales y más ingresos por turista, pero no más turistas, más ingresos y más ingresos por turista.

La explicación es sencilla: cuando los destinos llegan a la madurez, como es el caso en España de la mayor parte de los destinos mediterráneos y canarios, es porque han captado su clientela entre diferentes mercados y distintos grupos económicos, reflejando en general las características socioeconómicas de estos, en los que el número de ricos es inferior al de los de las clases medias. Si el número de turistas crece, lo hará entre estas últimas en mayor medida que entre las primeras, con lo que porcentualmente habrá más nuevos clientes de consumo medio y menos de consumo alto, algunos de los cuales se habrán ido por el efecto expulsión, y el gasto por turista disminuirá, aunque crezca el gasto total, por volumen, y el gasto diario, por estancia más corta.
A lo mejor parece sencillo pero no lo es, porque cada vez que se presenta un plan de marketing, de la Administración que sea, las autoridades correspondientes nos intentan convencer de que el trilema es falso y ellos pueden conseguir más turistas, más gasto y más gasto por turista. El último caso, y bien reciente es el de Madrid, que promete crecer en los tres campos.

Atentos a ver lo que pasa este año.