Beach clubs, los nuevos chiringuitos

La comodidad ha de ser, siempre y en primer lugar, la principal característica de las hamacas. La vieja tumbona de metal, tan práctica como incómoda, ha dado paso a nuevos modelos que transitan entre la sencillez y el lujo de una balinesa. Hay muchos y variados beach clubs, tanto en Mallorca como en Eivissa, mientras que la moda aún no ha llegado con fuerza a Menorca. Las características de los diferentes locales son variadas, aunque un buen servicio y una cuidada oferta gastronómica forman parte del ADN de todos los beach clubs.

Estar al lado de la playa es casi una obligación para un beach club, aunque también los hay que solo disponen de piscina. En todo caso, sí es imprescindible disponer de una excelente ubicación. En Eivissa es donde proliferaron en primer lugar los beach clubs. Y siempre relacionados con el ocio y el lujo. Son establecimientos que, por sus características, no son baratos, aunque en general pretenden llegar a un amplio sector de público. Venden exclusividad, buen servicio y calidad, pero a precios asequibles. Y es que no todos los beach clubs son únicamente para grandes fortunas. Es evidente que el buen servicio ha de pagarse, pero los precios desorbitados están acotados a algunos locales reservados para los turistas más estridentes y millonarios.

Hay algunos beach club que han optado por seleccionar a su público por razones estrictamente económicas, aunque cada vez son menos. En este sentido, la inmensa mayoría de establecimientos optan por ofrecer calidad y buen servicio. Beber una copa de champán francés en un lugar privilegiado, en un ambiente de máximo relax, es un lujo.

La apuesta por la calidad ha provocado que la gran mayoría de beach clubs ofrezcan a sus clientes una copa de cava de bienvenida, además de una toalla.

El fenómeno beach club se asocia en ocasiones con la fiesta diurna. Estos locales surgieron con la idea de servir de antesala o prolongar la juerga nocturna de día y en la playa. Así, se podrían catalogar los establecimientos en función de si su oferta es de tranquilidad o fiesta. De hecho, mientras que unos apuestan por convertirse en lugares de relax y paz, otros pretenden ser un lugar más de ocio.

Ambos modelos conviven, aunque, evidentemente, no pueden compaginarse en un solo local. La música juega también su papel y, mientras que en unos establecimientos es, sencillamente, de ambiente, en otros juega un papel primordial. Los DJ adquieren relevancia y el baile se convierte en un elemento más de diversión.

Los chiringuitos de playa no han desaparecido pero muchos han evolucionado hacia el nuevo concepto de los beach clubs. El fondo de la cuestión, como casi siempre, es estrictamente económico. Elevar los precios mejora la rentabilidad, aunque también ha sido imprescindible adaptarse a las nuevas necesidades de la demanda. Mejorar el servicio y apostar por la calidad en todos los aspectos requiere inversión y preparación. De hecho, quedan un buen número de chiringuitos que ofrecen su tradicional oferta.

MÁS QUE UN BALNEARIO. Los beach club no son una moda pasajera, sino que han llegado para quedarse. Y, previsiblemente, irán en aumento. En este sentido, los balnearios de la Platja de Palma son un claro ejemplo de establecimientos que parecen destinados a convertirse en beach clubs. Además, parece también evidente que hoteleros y restauradores intentarán hacerse con el control de las hamacas de playa de la zona situadas frente a sus establecimientos.

Un grupo de empresarios de la Platja de Palma han hecho una clara apuesta por la calidad creando la marca #Palmabeach, que agrupa al MG Café, Sea Club, Ginger Beach, Nana's, Chiringuito Beach House, Bonito Soul Kitchen&Margarita Bar, Chalet Siena y Al Chile en un intento de atraer turismo de calidad.