Precisamente fue en este año en el que Torres Peters inició su recorrido repasando posteriormente documentos como partidas bautismales, libros de visitas, libros de obras, inventarios o padrones parroquiales. Gracias a ello, todos los presentes pudieron conocer que la iglesia de Jesús donde estaban sentados fue posible gracias que en 1456 los miembros de la Universitat, principal órgano rector de la ciudad por aquel entonces, decidieron encargar los trabajos a «Romeu Johan y Bartaran Vidal, obreros de la parroquia de Santa María de Ihesus». Ellos fueron los encargados de supervisar y dirigir los trabajos de un templo que se inspiró, según explicó el conferenciante a PERIODICO de IBIZA Y FORMENTERA en otras iglesias ya construídas anteriormente tanto en Mallorca como en la Península. De hecho, según Torres Peters tiene una forma arquitectónica muy frecuente, se emplearon materiales de construcción sencillos pero de buena calidad, se hicieron muros de tapia y una cubierta de madera a dos aguas sostenida con arcos sajones.
Tres años después del comienzo de las obras, en 1459, se tiene constancia de que el Papa Pio II autoriza un convento de la orden Franciscana cerca de la iglesia que nunca se llegó a realizar, y que ya en 1466 se pide al Arzobispo de Tarragona permiso para poder realizar misas en la iglesia. Sin embargo, el ponente aseguró que esto no garantiza que el templo ya estuviera terminado en esa fecha sino que lo más probable es que esto no fuera hasta dos años después, en 1468, ya que para entonces se sabe a ciencia cierta que se funda un beneficio para que acudiera un sacerdote al templo cada domingo.
Posteriormente Torres Peters habló sobre la presencia de los Dominicos en la iglesia de Jesús, de dos escudos heráldicos que se pueden ver en el templo y que corresponden a dos familias de la época, los Tudó y los Vidal, y que, según se recoge en unos documentos del Archivo Diocesano, el 6 de diciembre de 1549, día de San Nicolás, la iglesia se bendice y se consagra, convirtiéndose así en el único templo de la isla que estaba fuera de Vila en ser consagrada.
Esta no es la única característica que convierte a la iglesia de Nuestra Mare de Deu de Jesús en especial. Por ejemplo, desde 1697 albergó una torre que se define en documentos históricos como «altísima» y que, antes de ser derribada en el siglo XIX, sirvió en más de una ocasión a todos los habitantes del Pla de Vila como protección contra los ataques de los piratas berberiscos. Incluso, Torres Peters ha documentado la presencia en los alrededores del templo de 38 panales de abejas en 1695, la compra en 1704 de la casa y de la iglesia a los monjes dominicos por parte de los obreros de la parroquia a cambio de 4000 libras o la adquisición de un órgano también por parte de los obreros en 1709 y de un contrato con Monseñor Rico para que viniera a tocar todos los domingos.
Unas obras que quedaron en nada
Ya en el siglo XIX, el ponente se refirió a unas obras «que por suerte se quedaron en nada». Debido a las muchas deficiencias que mostraba el templo, a nivel de construcción y de salubridad, en 1818 se decidió encargar unos trabajos de restauración a un ingeniero militar que había trabajado en las murallas de Ibiza de nombre Atilano Basurte. Éste, sin dudarlo ni un segundo, diseñó un proyecto que consistía en tirar todo el templo abajo y construirlo desde cero pudiendo haber quedado en Jesús una iglesia parecida a la de Sant Agustí, también diseñada por un ingeniero militar. Afortunadamente, las protestas de los vecinos tiraron abajo el proyecto y fue un maestro de obras ibicenco el que hizo únicamente una serie de reformas para asegurar algunas esquinas y retocar la fachada. Una fachada que por cierto fue construida en 1715 al tiempo que se decidió rellenar con piedra el patio ya que, como aseguró Torres Peters, ya no era necesaria la tierra para que desfilaran los caballos y los carros que venían desde Ibiza.
Finalmente, otro de los datos más relevantes y curiosos de la conferencia tuvo que ver con el fervor que se ha tenido en la zona sobre la Mare de Deu de Jesús. Torres Peters aseguró que tradicionalmente no había imágenes de ella, únicamente de la Mare de Deu del Roser y de la Purísima, y que la primera que se conserva data de 1729.
Precisamente, sobre ella, reza una historia muy curiosa y singular. Según el ponente, en el templo había una imagen de María Magdalena, muy bonita, pero que había quedado en desuso por parte de los parroquianos que ya no la rezaban. Así que decidieron mandarla a un taller de Mallorca para que la transformara en la Mare de Deu de Jesús. La talla transformada llegó a Ibiza el 16 de julio de 1729 y desfiló por primera vez el día de la Virgen de Carmen, patrona de los marineros, de ese mismo año, saliendo de la iglesia de Sant Elm en la Marina hasta la iglesia de Jesús. Tal vez por ello, Torres Peters asegura que esta virgen siempre haya sido más venerada por la gente del mar que por los propios habitantes del Pla de Vila.
Devolver la iglesia a su estado original ayudado por nuevas tecnologías
Según explicó Francesc Xavier Torres Peters a este periódico los trabajos de restauración del templo han consistido fundamentalmente en devolverlo a su estado genuino tras la última intervención que tuvo lugar en los años 90. En aquella ocasión se realizó una obra con materiales incompatibles con las condiciones del edificio originando problemas de temperatura y humedad que han estado a punto de provocar que el retablo gótico se perdiera completamente.
Ahora se han empleado materiales tradicionales y el interior se ha blanqueado con cal, lo que combinado nuevas tecnologías, ha ayudado a crear unas mejores condiciones en todo el recinto de la iglesia.
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