— ¿La gira está siendo un éxito total no? ¿Tendrá tiempo de relajarse un poco por aquí?
— Como tengo casa en Formentera, vengo mucho fuera de temporada, algo puedo relajarme. Este año son 116 conciertos y el último el 30 de diciembre en Girona. Hasta ahora llevamos 50 y tantos. Nos espera Méjico, la península y Estados Unidos, por tercera vez. Estoy muy contento, soy músico y está siendo increíble el trabajo que tengo. Está siendo muy buen año.
— 50 palos y, su álbum más visceral, más lírico. Es la primera gira desde el diagnóstico de cáncer, ¿recuerda el día en que decidió volver a los escenarios y a crear? ¿Se lo recomendaron?
— 50 palos es el nombre de un proyecto en sí: álbum, libro y gira. Además este año lo presentamos todo junto, más los 20 años de Jarabe de Palo. Los 20 años del grupo, vendrá siendo lo que ha sido Jarabe de Palo siempre, con sus temas potentes, lo más cañero de la banda y es lo que venimos a presentar a la isla. En el proyecto las canciones son más melancólicas porque introducimos el piano. El piano es melódico y devastador. Sobre si me recomendaron ir de gira, en una cita con mi oncóloga lo hablamos. Yo no sé si por prescripción médica debía hacerlo, pero por prescripción psiquiátrica sí, porque o me subía a un escenario o me iba a acabar tirando por la ventana, o me mata el cáncer o me tiro por la ventana. Y a parte de reírnos un rato, me dijo que hiciera lo que tenía que hacer, que al final lo que te va a curar es esto. A mí y a todos lo que lo padecen, lo es todo la actitud ante la vida y nuestra manera de llevar el día a día.
— ¿Por qué leer su libro?
— Te podría dar mil argumentos. Uno de ellos es por si quieres saber un poco más de ese tipo que ves por TV o cantando. Habla de Pau Donés, pensamientos, anécdotas, ideas que me rondan por la cabeza y quería compartir: amor, humildad, trabajo, etc. Otro argumento que doy es que lo leas si quieres entretenerte un rato leyendo las pajas mentales de Pau Donés.
— 20 años de la banda, no es siempre fácil permanecer unidos, ¿no? ¿Una valoración? ¿Con qué se queda?
— No es tan difícil el mantener la banda como el estar vigente en un país como el nuestro después de 20 años, donde igual que subes a toda leche, bajas igual. Llevamos muchos años poniendo música a la banda sonora de la vida de mucha gente y eso es muy guay. Se consigue solo de una manera, si lo que haces lo haces con honestidad y lo haces bien. Nosotros desde en primer momento lo que queríamos hacer era transmitir y emocionar a la gente que la recibía. No lo hacemos por la fama, las pasta tal y cual. Hemos pagado nuestro precio también por ello, pero bien pagado está, porque igual no somos el grupo mas famoso del mundo, mas guapo y ni el más glamuroso, pero seguimos haciendo música que emociona a la gente que nos escucha y eso es lo más importante. He conocido a gente del business y he vivido momento de frustración, por suerte nosotros estamos libres de esa carga. Con 20 años ya no tenemos que demostrar nada a nadie.
— Sobre la importancia del ahora. Le damos protagonismo al pasado y a lo que aún está por llegar ¿Cree que el cáncer le ha ayudado a entender esto?
—No, yo eso lo tengo claro desde hace muchos años. Porque siempre gastaba mi presente pensando en el futuro. O mejor, mi presente era el tiempo que perdía pensando en el futuro. Si que es verdad que el cáncer te da un cierta urgencia por vivir, pero lo del presente lo que tenido claro siempre. De hecho de ahí el tema Depende, que escribí hace 18 años.
— ¿Cómo era el Pau de niño y qué echa de menos de él?
— Más o menos como el de ahora, a mis 50 años he empezado a hacer surf, vuelvo a montarme en mi tabla de skate board, he retomado mis clases de batería, en breve empiezo clases de baile. No quiero perder la ilusión por las cosas, y los niños son eso. La estoy volviendo a recuperar.
— ¿La dislexia le abrió las puertas a la música?
— No para nada, la dislexia me puteó mucho de niños. Lo que si hizo es que yo tenía mucha curiosidad por las cosas y entonces por escribir y ver mal me fijaba mucho en como las personas me decían las cosas y me hablaban. Fíjate, soy economista y muy bueno en matemáticas.
— ¿Algo que decir sobre los atentados de la semana pasada?
— Claro, llegué a Puerto Rico cuando me enteré. Me dio mucha rabia, pero me vino un pensamiento a la cabeza enseguida. Estos animales hacen esto por venganza. Porque nuestros países llevan la guerra a los suyos y luego cuando huyen y vienen aquí se encuentran con que los tratamos como a perros. Nosotros matamos a dos millones en Iraq. Nos lo tendríamos que replantear todo.
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