La imagen premiada corresponde a un bello amanecer en el Valle de Glencoe de las Highlands escocesas en la que la montaña Buachaille Etive Mòr preside la fotografía. Una escena tomada hace un año en la que de nuevo en una fotografía de Tur, un toque de luz ilumina una parte de la escena, en este caso la cima de la montaña, en un momento irrepetible. Escena que el jurado de este certamen ha considerado como merecedora de la Mención de Honor.
«El único amanecer bueno que tuve en todo el viaje», recordaba ayer su autor al compartir que, «paradójicamente, lo bueno que tiene Escocia es un tiempo meteorológico muy inestable». Una foto que «no fue buscada», sino que surgió cuando el fotógrafo tuvo que pasar por Glencoe cuando caminaba hacia otra ubicación.
La ganadora de esta Mención de Honor en los Nature Image Awards es «una imagen armoniosa, en tonos pastel y muy equilibrada». Bonita para su autor al que ayudó a enfatizar el encuadre de su cámara que le permite el formato cuadrado. «Yo esta foto la vi en formato cuadrado», aseguró.
Un paisaje que «transmite armonía porque a nivel de composición está bien equilibrada y que transmite belleza en ese momento único que la acompaña». Sin embargo, Javier Tur reconoció que quizás no es la imagen que más representa su sello personal, marcado en otras fotografías por grandes contrastes y su visión personal sobre la naturaleza que reproduce. Tur se considera un amante de la fotografía inteligente donde brilla la originalidad del autor, «algo que realmente es muy difícil de conseguir».
Este valle de Glencoe de las Highlands escocesas corresponde a una imagen que el fotógrafo ibicenco sospechaba que en algún momento sería premiada. Pues había sido seleccionada en diferentes concursos. «Siempre pensé que era cuestión de tiempo que recibiera algún reconocimiento y ha llegado».
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