Este trabajo ha sido posible gracias a una ardua labor de investigación en torno a los libros de actas que se conservan en el Arxiu Històric y se ha acompañado de imágenes que ilustran a la perfección los cambios y la evolución que ha tenido este paseo. Además, se ha hecho coincidiendo con las obras de peatonización del paseo de Vara de Rey, un espacio que hasta el siglo XX no se urbanizó y configuró urbanísticamente tal cual lo conocemos ahora.
Desde 1725
De hecho el tríptico comienza con el primer documento en el que se hace referencia al paseo, el Llibre de Regidoria de 1725 y que por entonces bautizaba al lugar como sa Tarongeta. Posteriormente, se hace referencia al siglo XVIII cuando aparecen las primeras noticias documentales en las que se insta «a la plantación de cuatro hileras de árboles desde la calle de la Creu hasta el principio de lo que hoy es la avenida de España y en los terrenos que actualmente ocupan el paseo y la Plaza del Parque».
Tampoco faltan referencias encontradas a lo largo del siglo XIX como las que aparecen en el opúsculo sobre la historia de las Pitiusas titulada Dos hojas de historia, o sean rasgos de la conquista última de Ibiza, donde EA Claessense de Jonste hace en 1848 una cuidada descripción del paseo y de lo que suponía para los ibicencos. Y por supuesto, se destaca el motivo del nombre actual del paseo, puesto en honor al general ibicenco Joaquín Vara de Rey y Rubio, muerto el 1 de julio de 1898 en la batalla de Caney en Cuba. De hecho, en el centro del paseo hay se edificó un monumento a su persona, elaborado por el escultor Eduard Alentorn y el arquitecto August Font i Carreras, e inaugurado en 1904 con la presencia del rey Alfonso XIII.
Ocho años después, en 1912 comienza la urbanización de los alrededores del paseo tras la aprobación por parte del Ayuntamiento de Ibiza de las condiciones técnicas que debían tener las construcciones que se fueran levantando en la zona. Después, se fueron sucediendo los hechos destacados, como la creación de la primera biblioteca pública de la isla en 1932, la aprobación de la iluminación y la inauguración del Hotel Montesol en 1933 o la apertura del restaurante Ca n'Alfredo en 1934. Ya en los años 60 y 70 del siglo XX se produjeron las primeras reformas en la zona y las primera peticiones por parte de técnicos y arquitectos como Erwin Broner o Raimon Torres para que se eliminara o redujera el tráfico rodado.
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