Miguel Noguera (Las Palmas de Gran Canaria, 1979) es un humorista, escritor y dibujante, licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona. Hace diez años empezó a hacer el ‘Ultrashow' entre amigos, y hoy en día se gana la vida con ello. Asegura que no es un monólogo, aunque sí utiliza lo cómico para comunicar, algo que el público ibicenco podrá comprobar hoy a las 21,30 horas en Can Ventosa.

—¿Qué es el ‘Ultrashow'?

—‘Ultrashow' dura aproximadamente una hora en la que explico una serie de imágenes, ocurrencias o fragmentos que tengo anotados en unos folios que llevo conmigo en el escenario y que a veces refuerzo con imágenes, pero básicamente es un discurso muy vehemente y medio improvisado.

¿Siempre es el mismo argumento?

—Voy renovando el material poco a poco. Recojo imágenes y las voy metiendo, se recicla de manera completa cada cinco o seis meses. Aunque de una semana a otra puedo explicar una misma idea de manera distinta, pero el contenido no cambia.

Hay mucha improvisación pero supongo que tendrá un guión.

—Tengo escrito el titular, lo que quiero explicar, pero a veces se bifurca en algo más extenso.

¿Podría decirse que es un monólogo?

—No, quiero evitar esa confusión porque no es un monólogo de humor al uso. Le diferencia la finalidad, en los monólogos el fin es la risa, lo cómico. En mi caso lo cómico es un medio que se da pero no es la finalidad.

¿Entonces qué diferencias hay?

—El ‘Ultrashow' está mas cerca de lo poético que de lo cómico. Transmito pensamientos que no siempre tienen un gag cómico. Un monólogo es más trabajado y contiene una serie de giros cómicos que no se dan en el ‘Ultrashow'. Aludo a objetos que existen pero no hay esa complicidad con lo cotidiano que se da en los monólogos.

¿Cuánto tiempo lleva con este espectáculo?

—Desde 2004, diez años de ‘Ultrashow', y a nivel profesional y como medio de vida hace unos tres años que estoy dentro del circuito teatral. Hago uno o dos a la semana.

¿Cómo nació el ‘Ultrashow'?

—Al principio fue a petición de un amigo, fue una lectura de textos que devino otra cosa. No empecé planteándolo como un espectáculo en si mismo, al principio eran acciones que ellos me animaban a hacer. Mis amigos y yo venimos de bellas artes y teníamos esa voluntad de hacer cosas artísticas. En mi caso la palabra y la comunicación directa con el público fue lo que funcionó. Lo hacía en lugares asociados con el arte, en inauguraciones, en museos…

¿Se ve muchos años haciéndolo?

—Mi deseo es continuar pero no depende de mi, sino del público, ahora ha surgido un interés, pero el público es totalmente anárquico, es él quien decide.

¿Había estado en Eivissa?

—Nunca había actuado en la isla, estuve una vez de paso a Formentera. De hecho quería quedarme más días pero al coincidir con los cierres de las discotecas los billetes están muy caros y no he podido.