Anécdotas, recuerdos, ilusión y nostalgia, plasma esta gran historia de un pequeño club que llegó a jugar en el Vicente Calderón contra uno de los grandes, y no se dejo avasallar por el contrincante.
El documental, de una hora de duración, recoge el testimonio de todos los jugadores del Portmany de entonces, excepto de Aurelio que ahora vive en Cádiz: «Les gustó la idea, al saber que los demás iban a salir, todos quisieron colaborar enseguida”, explicó José Luis Mir.
En la cinta repasan el partido de ida donde el Portmany recibió, en su humilde campo, al Atlético de Madrid, y consiguió, contra todo pronóstico, un empate a dos. Resultado que molestó sobremanera a Luis Aragonés, tanto, que a pesar de haber sido invitado a una cena por parte del presidente del Portmany, Pepe Sala, no sólo no asistió a la cena sino que prohibió ir a los jugadores.
Precisamente, muchos de los jugadores del Portmany no habían visto el partido de ida en Sant Antonio porque no hay apenas copias. Lo vieron por primera vez cuando rodaron el documental «hay una parte de entrevistas y otra parte en que ellos mismos comentan las jugadas, con sentida emoción», recordó Mir.
El director comentó cómo empezó todo: «Me habían hablado mucho del famoso gol de Miguelín, que se marcó prácticamente desde medio campo, estuvieron ganando 0-1 la primera parte, además, yo de joven siempre iba a ver al Portmany aunque no me gustaba el fútbol. Un día un amigo me dijo que tenía el partido del Vicente Calderón gravado, y pensé que si conseguía el de ida en Sant Antoni, podría hacer algo. Casualmente, hablando con otro amigo me dijo que conocía a alguien que tenia el de Sant Antoni, y como los jugadores estaban todos vivos y en Eivissa, excepto Aurelio que vive en Cádiz, me decidí a hacer el documental».
El partido de vuelta se jugó en el Vicente Calderón, todo un logro ya para los jugadores, que con sólo pisar el césped tenían suficiente. Pero no contentos con ello, fueron los primeros en marcar, en el minuto ocho, estuvieron ganando el partido durante el resto de la primera parte, lo que les supo a gloria, gracias a un gol de Miguelín. Durante la media parte, la bronca de Luis Aragonés fue descomunal, e hizo su efecto sobre los jugadores del Atlético, que en la segunda parte marcaron tres goles al Portmany.
Para Mir, no es una historia sólo de fútbol, «fue una plantilla que estaba realmente muy unida, no sólo por el fútbol, sino por amistad y compañerismo. Algunos aún se relacionan porque juegan en equipos de fútbol veteranos, otros, sin embargo, han dejado de jugar por completo y se ven de uvas a peras. Durante el documental tres de los jugadores se encontraron tras 10 años sin verse».
Fue una época dorada, durante la cual el SD Portmany fue el centro de atención de todo Eivissa. Una gesta que los jugadores recuerdan con nostalgia, y se emocionan incluso al rememorar aquellos momentos, durante el rodaje del documental. El relato de una historia donde el fútbol está presente, pero, lo que se plasma es la humanidad y la esencia de un momento importante de la historia ibicenca.
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