«Cada niño, según su edad, se lleva cosas diferentes de las representaciones»

Alguno de los niños que esta tarde acuda al Palacio de Congresos de Santa Eulària para ver la representación de La camisa de l’home feliç acabará sobre el escenario, ayudando a Ramon Molins y Begonya Ferrer, los integrantes de la compañía Zum-Zum Teatre «a buscar al hombre más feliz del mundo». Muchos de los montajes que este fin de semana se podrán ver en el I Festival de Teatre Barruguet son participativos, espectáculos cercanos que terminan de tomar forma gracias a los pequeños espectadores, pero «también a los papás», explica Ana Isabel Gallego, de la compañía Teloncillo Teatro. Ella, junto a Ángel Sánchez, lleva a escena dos montajes, Otto (hoy a las 10,30 y a las 12 horas en la sala de exposiciones) y Nidos (mañana a las 10,30 y a las 12,30 horas también en la sala de exposiciones), que son una buena muestra del teatro para la primera infancia (de los seis meses y hasta los cinco años) que trabaja esta compañía de Castilla y León. «Son trabajos muy sensoriales, sin palabras y en los que hay que estar al mil por mil porque los niños más pequeños se distraen hasta con el imperdible que lleva puesto su madre», explica Ana Gallego. Nidos ha sido galardonada este año con el Premio Nacional de Artes Escénicas, mientras que Otto, que llevan representando desde 2007, ha sido vista por niños de muchas nacionalidades y diferentes edades. «Cada uno, según su edad, se lleva cosas diferentes del espectáculo», asegura la actriz.