Xavier Arcos realiza una acrobacia en la barra instalada en su sidecar. | Marta G.C.

Un viajero en busca de una ruta, una moto con sidecar y la felicidad no como destino sino como parte del trayecto, de las sensaciones que nos aporta el camino por el que transitamos. Esto es, a grandes trazos, Sidecar, el espectáculo que la Associació Pessic de Circ representará esta tarde a las siete y media en la Plaça de l'església de Sant Ferran, en Formentera, con la colaboración de la Obra Social ‘'la Caixa'' y Sa Xerxa, asociación que gestiona el programa Teatre Als Pobles. Y es una definición a grandes trazos porque Sidecar también es una reivindicación del mundo del circo, de la fantasía y de todo el arte que encierra, sacándolo a la calle para llegar al mayor número posible de espectadores.

En Sidecar hay dos protagonistas: el vehículo y su conductor, interpretado este último por Xavier Arcos. Juntos desarrollan la historia de ese viajero que llegará a la Plaça de l'església lleno de mapas que no llevan a ningún lado y donde un solitario poste con indicaciones es su única referencia. Pero tras tirarlo accidentalmente, el viajero convertirá ese poste en un elemento fundamental de la función y en él, montado sobre la motocicleta en marcha (convertida ya en un personaje con vida propia en la función), llevará a cabo todo tipo de acrobacias. Se trata, según los responsables de Pessic de Circ, de un «espectáculo innovador en el que no se ha querido olvidar el componente más técnico y de riesgo que conlleva el circo».

Pasión por los vehículos

La intención de crear un espectáculo en el que incluir una motocicleta con sidecar hacía tiempo que rondaba por la cabeza de Xavier Arcos. «La idea original hacía mucho tiempo que la tenía en mente —explicó ayer el artista a este periódico—. Hacía tiempo que quería hacer algo con la moto porque tengo una gran pasión por este tipo de vehículos». Aunque no fue tarea fácil. Con un bagaje de estudios circenses en diversos centros europeos, Arcos tardó un año y medio en darle forma a Sidecar tal y como lo representa en la actualidad.

Sobre el hecho de dedicarse al circo en un mundo como el de hoy en día, Arcos reconoció que «es arriesgado». «Es una apuesta, un reto. Hoy en día se puede vivir del circo, pero haciendo más cosas además de los espectáculos. Este en concreto es muy de verano y tenemos bastantes representaciones, pero en invierno el trabajo baja mucho y me dedico a montar carpas para otras compañías o a trasladar camiones, siempre dentro del mundo del circo. Es una pasión y como es lo que me gusta es la principal motivación que tengo», añadió.