La galería Berri acogerá a partir de las 20,00 horas de mañana domingo la inauguración de una exposición de pinturas de Júlia Ribas, que estará abierta al público hasta el próximo 2 de octubre. «Llevaré una treintena de obras; todo es material nuevo, pintado a propósito para esta exposición durante un año, el tiempo que hace que me la encargo Gastón (el responsable de la galería). Algunos son grandes, incluso hay uno bastante grande para el espacio que tengo, y no sé dónde lo voy a poner; pero la mayoría son de tamaño medio», explicó la pintora a este periódico.

Una propuesta que sigue las dos líneas creativas en las que Ribas está trabajando en los últimos tiempos: «La arquitectura ibicenca, que en este caso dedicó a Sant Agustí y hay más paisaje; y los africanos, que llevo pocos, cuatro o cinco. En ambos caso le doy mucha importancia a los fondos de la pintura, porque creo que los cuadros tienen que tener cuerpo y así les doy vida. Por lo tanto, empiezo con un buen trabajo de fondo, en los que puedo poner periódicos y otros elementos, y luego voy trabajando por capas hasta terminarlos», precisó la artista, añadiendo que en el caso de las obras dedicadas a Sant Agustí, utiliza una especie de pasta de cal y betún de Judea, que le dan los matices graduales de blanco y sepia de esta serie monocroma.

Amor a un pueblo
Júlia Ribas, natural de Sant Antoni, se enfrenta a esta exposición con entusiasmo y responsabilidad. «Ahora vivo en Santa Gertrudis, pero yo crecí allí y mis padres son de Sant Agustí. Cuando Gastón me invitó el año pasado a que preparará una exposición para el final de esta temporada me dio una gran alegría, porque es la primera vez que expongo en la galería Berri, la primera que visité en mi vida, pues mi padres nos llevaba de pequeños a ver todas la exposiciones que presentaba, antes de imaginar que yo me metería en esto. Así que es un encargo que me he tomado con amor, porque el pueblo es encantador, Gastón también y la galería es preciosa», señaló Ribas, coincidiendo con otros artistas ibicencos en su cariño por la galería Berri.

Una de las singularidades en la trayectoria de esta pintora es que parece llevar sin problemas su condición de madre triple y pintora. «No me condicionan para nada. Yo empecé a pintar en el 96 y el primer niño nació en el 98; por lo tanto, para mí ha venido todo junto. Se ha multiplicado la faena doméstica, el impulso artístico y la energía. Creo que la ilusión del arte es compatible con la de la maternidad; las dos van parejas, lo llevo todo para adelante. Por eso traigo a los niños a las inauguraciones, tanto a las mías como a las de los otros; así se van acostumbrando a ver arte; una buena enseñanza», valoró.

Y Ribas está ilusionada con la posibilidad de exponer pronto en Barcelona. «Tengo varios cuadros en la galería-librería Manuel Martínez de la calle Valencia, que se han interesado por mi obra y quieren que les mande más; pero como estoy siempre tan liada. Aunque la propuesta está hecha; tenemos que conocernos más para llegar a un acuerdo», concluyó.