Uno de los crímenes políticos más escandalosos de principio del siglo XX en Francia, el asesinato en 1914 del prestigioso diputado socialista Jean Jaurès, tuvo una resolución singular y terrible en la Cala de Sant Vicent en septiembre del 36, cuando empezaba la Guerra Civil española: una especie de comando justiciero mató en la misma playa a Raoul Villain, el asesino del político francés, que llegó a Eivissa en 1933 tras huir por media Europa perseguido por los amigos de Jaurès.
El caso, realmente tremebundo, está casi olvidado en la isla; pero el investigador Pere Vilàs lo recordó el pasado jueves en el Museu del Puig des Molins, dentro del ciclo Personatges de la nostra història, con una conferencia titulada Raoul Villain i Jean Jaurès. Un intent fracasat d'evitar la Primera Guerra Mundial. «En historia resulta imposible hacer futuribles sobre qué habría pasado si... Pero Jaurès, al que se le tiene como padre del Partido Socialista francés, era una persona muy influyente en una Europa revuelta, alguien a quien había que escuchar y que, desde luego, podría haber llegado fácilmente a ser presidente de la República francesa», explicó Vilàs a este periódico.
En cuanto a su asesino, Raoul Villain, «era un sicario a sueldo, pagado por sectores de la extrema derecha y clericales. En aquella Francia la Iglesia católica tenía un peso enorme. Jaurès no es que fuera anticlerical, pero estaba por la separación de la Iglesia del Estado y quería poner a aquélla en su sitio; como pasó luego en tantos países, empezando por la propia Francia».
Lo indignante del caso fue que Villain fue declarado inocente por unos jueces que hicieron constar en el fallo que «si el adversario de la guerra Jean Jaurès hubiera tenido éxito, Francia no habría podido ganar la guerra»; segun se recoge en la enciclopedia Wikipedia de internet. «Así que, claro, algunos de los muchos amigos que tenía Jaurès dirían que ya que la justicia no había hecho Justicia, la harían ellos», especuló Pere Vilàs, añadiendo: «No se sabe por qué se instaló en la cala de Sant Vicent ni cómo lo localizaron los republicanos españoles. Entonces parece ser que vino un comando francés y se lo cargaron. Está enterrado en el cementerio de la cala, pero ya ha desaparecido la lápida y todo; así que sus huesos estarán mezclados en el osario general».
Fin de una historia siniestra que el periodista extremeño José V. Serradilla, quien ejerció la profesión en Eivissa durante muchos años, noveló en su relato El francés de la cala (Colección Narrativa. División Editorial, 1998) Un trabajo que puede consultarse en la Biblioteca Pública Municipal de Eivissa, en Can Ventosa. Texto que resulta interesante en cuanto al material histórico que maneja de partida; aunque no tanto por su valor literario intrínseco.
Raoul Villain pertenecía a una organización de extrema derecha que vio en Jaurès un enemigo por su campaña pacifista en contra de una posible guerra contra Alemania.
Tras 56 meses de detención y finalizada la Primera Guerra Mundial fue declarado inocente en marzo de 1919 por un jurado impresentable. Un ejemplo de inmoralidad ética y política, ya que la propia familia del diputado socialista asesinado por Vilain en 1914 hubo de pagar las costas del proceso.
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