GUILLERMO ROMANÍ

Juan Escudero, bilbaíno, que pasa largas estancias veraniegas en Formentera desde 2002, presentó ayer en la sala de exposiciones del Ajuntament Vell de Formentera sus últimas creaciones que tienen a los árboles y a sus sombras como «elemento troncal, y jamás mejor dicho, de esta primera exposición en solitario en la isla», apuntó ayer el pintor de una muestra que estará abierta al público hasta el sábado.

Escudero acabó Bellas Artes en su ciudad natal en el 91, pero luego, tras una primera exposición hizo una carrera ecléctica pasando de la pintura al mundo de la animación 3D, al diseño gráfico, la publicidad; volviendo a la pintura hace dos años. Escudero reconoce su bicefália creativa, ya que en verano alterna los fines de semana y los miércoles su labor como retratista en el mercado artesanal de la Mola y por otra parte se entrega a la pintura

21 obras de distinto formato conforman una muestra que tiene como base la tinta china, en unos casos es sobre papel y en otros la madera con una base acrílica previa, trabajando capa a capa hasta logra el efecto deseado. Escudero explica que gran parte de las obras están hechas en Formentera; y «en algunos casos pinto árboles que conozco desde hace años, ya los he pintado y seguiré haciéndolo. Está claro que en esos casos y por el tipo de árboles cualquiera que haya visitado la isla reconoce que la imagen es de aquí». De ahí alguna sabina retorcida, la que da nombre a la exposición (Un árbol celoso de su sombra), ya que la sabina está totalmente inclinada por el viento y crece casi horizontal, pero al mismo tiempo muestra otros aspectos de los árboles, reales o imaginarios, de la isla o de cualquier otro lugar en que «son generosos con su sombra».

Escudero explicó que sus imágenes, sus composiciones no sólo se centran en los árboles, el hilo conductor, sino que la naturaleza es la parte conductora ya que en muchos casos integra muros de pared payesa o elementos cotidianos de la isla. «Hay muchos cuadros identificables con la isla, en algo concreto o en el espíritu, en el entorno aunque en algunos casos los cuadros son meramente imaginaciones mías, no son miméticos; la isla es la inspiración y aunque sí hay árboles concretos el resto son visiones de Formentera», precisó.