Arriba, el proyecto de viviendas de protección oficial situadas cerca de Sant Francesc. Este proyecto, además de cumplir con toda la normativa que exigen estas viviendas incluye una serie de medidas de protección mediambiental, como placas solares, que hacen de éstas unas casas muy sostenibles. Además, a pesar de la proximidad de los bloques, los arquitectos han cuidado la orientación para que desde las viviendas aumente la sensación de distancia entre los edificiosTradición y austeridad.

LAURA TUR

La Demarcació d'Eivissa i Formentera del Col·legi d'Arquitectes de les Illes Balears otorgó por quinta ocasión sus premios a los profesionales del sector de la construcción y el diseño de proyectos arquitectónicos.

En la muestra que se expone durante estos días en la sede del COAIB en Dalt Vila, todos los asistentes comentaron el alto nivel de esta edición.

Los miembros del jurado, tras visitar durante varios días cada una de las obras candidatas seleccionaron la construcción de viviendas de protección oficial proyectadas por F. Xavier Pallejà y Salvador Roig como Mejor obra de Arquitectura 2004-2007. Su construcción la integran tres edificios de treinta y siete viviendas en los que, según el jurado, esta edificación «ofrece no sólo viviendas sino también un espacio colectivo generado para las relaciones entre los diferentes bloques» y destaca que es una obra «de gran calidad».

Salvador Roig reconoció sentirse «muy agradecido» tras conocer la noticia de su premio. «Según mi criterio hay un nivel muy bueno de las obras expuestas, así que pensaba que recibir algún premio sería difícil. Sobre todo quiero compartir este premio con mis compañeros del despacho y con los colaboradores del proyecto», aseguró. «Lo que más me ilusionó de este proyecto es que estaría destinado a viviendas de protección oficial y también fue un proyecto totalmente financiado con fondos públicos del IBAVI», añadió. En esta edición de los Premis d'Arquitectura d'Eivissa i Formentera se pudo apreciar una importante presencia de proyectos que se han realizado en la Pitiusa menor. En este sentido, Roig comentó que «Formentera siempre ha tenido muy buen nivel arquitectónico. Sólo hay que recordar otra casa que fue premiada en estos premios como es la casa de Philippe Stark».

Otro de los premiados, también por un proyecto realizado en Formentera, fue Marià Castelló Martínez, en la categoría de Vivienda Unifamiliar. Es Pujol de s'Era ganó, según el jurado, «por un sofisticado ejercicio de reinterpretación de la tradición y la gran precisión con la que se han materializado las ideas del proyecto». El propio Castelló describió su proyecto así: «La dualidad funcional del proyecto (es una vivienda y un estudio) hizo que nos decantaramos por abrir las paredes orientadas al sur y al norte. El este y el oeste tienen paredes ciegas. La superficie útil total del proyecto es de unos 200 metros cuadrados».

Por otra parte, y en una categoría que debutó en esta edición, el jurado otorgó una mención especial a los mejores arquitectos emergentes, que en esta ocasión recayó en Marc Tur y Oriol Batchelli. Ambos reconocieron estar sumamente ilusionados con este reconocimiento. Y no fue éste el único premio que recibieron estos dos jóvenes, que también vierno recompensado su trabajo en el proyecto del Centre Cívic de Santa Agnès de Corona. «Este premio nos llena de orgullo especialmente, porque siempre está bien que otros compañeros arquitectos reconozcan su trabajo, pero este premio lo han otorgado por votación popular. Esto significa que a la gente le gustan las obras contemporáneas», aseguró Tur. Por su parte, Batchelli también agradeció el reconocimiento profesional y la gran participación en la votación de su proyecto de Santa Agnès de Corona.