Benjamí Costa, en la excavación que se hizo en Pou des Lleó en 2001.

JULIO HERRANZ

Nápoles y Pompeya acogerán el próximo noviembre el tercer congreso internacional sobre la producción de púrpura, un valioso tinte muy usado en la época romana, del que las Pitiüses fue una productora notable. Eivissa acogió en noviembre de 2002 el primer congreso, titulado Purpurae Vestes, «que ha quedado como título fijo de estos congresos», apuntó a este periódico Benjamí Costa, conservador del Museu Arqueològic y uno de los arqueólogos responsables de las campañas de excavaciones realizadas en Eivissa y Formentera, gracias a convenios de colaboración entre la Universidad de Valencia, el Consell y el Arqueològic. «El siguiente congreso tocará en 2011; seguramente será en Valencia; pero no descartamos que vuelva a Eivissa, porque el grupo que asistió al primero quedó encantado, y ya pedía que el siguiente volviera a Eivissa. Todo dependerá de la coyuntura, porque son eventos costosos, con una complejidad organizativa importante», explicó el arqueólogo.

Con paciencia didáctica y un amplio conocimiento de primera mano, Benjamí Costa resumió las campañas que se han desarrollado en estas islas desde 2001. «Los proyectos se programan a tres años vistas. Hicimos un primer ciclo de 2001 a 2003 en Pou des Lleó con resultados muy importantes que sirvieron para documentar un área extensa de producción de púrpura que empieza entre finales del siglo II y finales del III y tiene continuidad hasta el VI o VII de nuestra era, evolucionando desde un taller muy precario a una explotación dotada de cierta complejidad».

Sin haber agotado («ni muchísimos menos») el yacimiento de Pou des Lleó, en el siguiente ciclo, de 2005 a 2007 «nos planteamos investigar otros yacimientos para contrastar la información tan importante que sacábamos de allí. El primero que escogimos, en razón de su precariedad, por el peligro que corría de desaparición, fue Cala Olivera, que era un pequeño conchero en la parte sur de la cala. Lo excavamos prácticamente entero, dejando parte en reserva para investigaciones futuras», precisó Costa, añadiendo que con mínima infraestructura, allí se estaba produciendo púrpura en un momento importante en el que aumenta la producción de púrpura.

Explotación que desaparece en torno al 230, «justamente cuando el emperador Alejandro Severo reorganiza la producción de púrpura y establece los vacis, que eran no tanto talleres concretos sino zonas de producción organizada bajo el control de un procurador específico. Éso, unido a otros indicios y datos que tenemos, nos hace pensar que se pasó de una producción sin una estructura demasiado rígida y dispersa por la isla a explotaciones concentradas en algunos puntos como Pou des Lleó que parecen reunir mejores condiciones, dotándolas de una estructura de cierta complejidad».

En todo el litoral

Bejamí Costa apuntó que 2006 lo dedicaron «a prospectar para tener una visión de conjunto de la isla. Fue muy rica en hallazgos, documentando concheros en prácticamente toda la costa, especialmente en la zona de Sant Joan y Santa Eulària. Lo que nos sorprendió fue que una zona tan poblada en la antigüedad como el tramo costero del municipio de Sant Josep no halláramos prácticamente nada. Pero hay que tener en cuenta que son yacimientos extremadamente frágiles, simples amontonamientos de cáscaras de caracol marino; así que era fácil que desaparecieran por las alteraciones naturales de la línea de costa y, sobre todo, por la acción humana y la urbanización, algo que ese tramo de la cosa ha padecido de una forma importante», recordó el arqueólogo ibicenco.

En cuanto a las excavaciones realizadas en la costa de Formentera, «ha sido una sorpresa enormemente agradable descubrir un alto número de yacimientos repartidos por toda la isla; con especial intensidad en la zona de sa Punta, entre Formentera y s'Espalmador, la zona de Illetes, Platja de Llevant... Prácticamente en toda la isla; menos en la zona de acantilados, lógicamente, porque allí eran impracticables», concluyó Benjamí Costa, volviendo a la ilusión que le hace el próximo congreso de Purpurae Vestes, que se realizará en noviembre en Nápoles y Pompeya: « Porque en estas ruinas habrá un taller, como complemento del congreso, donde un investigador francés que estuvo en el congreso de Eivissa enseñará cómo se teñía la ropa con púrpura en la época romana».