Escena de 'Gatas (algo en común)', de Manuel González Gil y Daniel Botti, que se presentará mañana sábado en el escenario de Can Ventosa.

JULIO HERRANZ

El escenario de Can Ventosa acogerá mañana sábado (21,30 horas) la representación de Gatas (algo en común), de Manuel González Gil y Daniel Botti. La obra es una adaptación a la realidad española por parte de sus autores de Porteñas, uno de los grandes éxitos de los últimos años de la escena argentina. El propio González Gil dirige el montaje de esta versión, interpretada por seis solventes actrices españolas: Nieve de Medina, Rosario Pardo, Ana Gracia, Paloma Gómez y Paloma Montero y Silvia Abascal, el rostro más conocido del elenco.

-¿Tiene algún punto de encuentro con Porteñas, la versión argentina y original del texto?

-Es una función totalmente diferente, porque la obra atraviesa los momentos históricos y sociales más importante del siglo XX en España, al igual que Porteñas lo hacía en Argentina. Y claro, son dos sociedades, culturas e historias absolutamente diferentes. En el momento en que cambias una sola actriz ya resulta una función nueva. Así que imagínate si se trata de un cambio de todo el reparto y del contexto histórico en que se sitúa la obra.

-¿Cómo explicaría el argumento, pues resulta un tanto confuso a primera vista?

-La obra gira en torno a seis mujeres que hacen un viaje por todo el siglo XX; y atravesando momentos sociales y políticos que resultaron claves, chocan entre ellas y discuten; porque todas son muy diferentes entre sí; en origen, cuna, ideales políticos, cultura... Son mujeres muy opuestas en sus planteamientos vitales. Pero podemos decir que la función habla de la fuerza de lo que les une entre sí, más que de lo que las separa.

-Al estar protagonizada por seis mujeres, ¿tiene algún tipo de mensaje feminista?

-No; se trata de una obra protagonizada por seis mujeres pero no orientada exclusivamente a las mujeres. Aunque mi personaje sí es claramente feminista. 'Alicia' es la que da siempre dos pasos por delante de las otras. Es una mujer muy culta, muy activa, luchadora, con toda su energía puesta en la defensa de los derechos de la mujer. Pero también se enamora y sufre por los hombres. Es muy humana.

-¿Está escrita en clave de comedia o de drama?

-Es una montaña de emociones; te ríes, lloras y, sobre todo, para mí lo más importante, es que incita a la reflexión; porque para entender dónde nos encontramos hoy es muy importante recordar de dónde veninos.

-Para saber mejor a dónde vamos, desde luego. ¿Tiene entonces algún tipo de moraleja?

-No sé, espero que no tenga una moraleja o lección, sino simplemente dé que pensar, que remueva las emociones. Quizás pueda quedar en el espectador lo que es la lucha femenina, que no es destructiva sino que siempre mira hacia adelante.

-¿Qué medio prefiere para trabajar: teatro, cine o televisión?

-Me gusta trabajar en buenos proyectos, independientemente del medio artístico de que se trate. Lo que me interesa son las historias y que se mueva la ilusión. Son tres lenguajes creativos totalmente diferentes; y si te soy sincera, donde me siento más libre, o más poderosa, es en el teatro.

-Pero hace bastante cine. Su última película, Enloquecidas, la acaba de presentar en el Festival de Cine Español de Málaga.

-Sí, el cine también es un proyecto con el que disfruto mucho, porque es un proceso muy detallista, muy analítico.

-¿Y qué le parece la televisión que se hace ahora?

-Depende, hay un poco de todo, aunque no parece encontrarse en sus mejores momentos. Entre los últimos trabajos que he hecho para televisión está Vientos de agua, con Campanela. No se cuidó nada y no funcionó bien, pero lo considero un proyecto lleno de calidad. Así que eso, lo que te decía, más que el medio artístico lo que me interesa son los proyectos concretos.

-¿Había trabajado ya alguna vez en Eivissa?

-No sólo no he trabajado ahí, sino que es la primera vez que visitó la isla, aunque parezca increíble. Tenemos muchas ganas de ir; nos imaginábamos que la cosa iba a ser también con un poquito de playa y sol, pero me parece que el tiempo no nos va a ayudar en ese sentido; aunque la verdad es que no vamos a tener mucho tiempo libre.