PEP TUR

Si uno pasea por Barcelona y por uno de sus lugares más emblemáticos, las Ramblas, tiene la opción de tomar la calle d'Elisabets para adentrarse en el Raval. En escasos minutos se abrirá ante el paseante una plaza con un imponente edificio blanco presidiéndola. Son la Plaça dels Àngels y el Museu d'Art Contemporani de Barcelona (Macba), una institución regida desde hoy (cuando se realizará el nombramiento oficial) por el ibicenco Bartomeu Marí, hasta el momento conservador jefe de uno de los museos más prestigiosos de nuestro país.

Un jurado internacional optó por la candidatura de Marí de entre otras quince que optaban al puesto. Para sus integrantes no había duda de que el proyecto del pitiuso era el más adecuado para el Macba, pero, ¿cuál es exactamente ese proyecto?

Para Marí, la labor de un museo de arte contemporáneo «es aceptar retos que han planteado y que plantean los mismos artistas. ¿En qué consisten las rupturas? ¿Cómo se lee la innovación en relación a las diferentes tradiciones? La obligación -y el dilema- del museo consiste precisamente en coser tradiciones e innovaciones para hacerlas legibles y útiles dentro de la cultura presente». Para lograrlo, el nuevo director del Macba cree que hay que usar «con intensidad» las historias del arte que han producido tanto los académicos como los comisarios de las exposiciones «para proponer la comprensión del arte a través de la experiencia».

Las herramientas con las que cuenta el museo son diversas y, en opinión de Marí, se dividen en el programa de exposiciones temporales, la colección del Macba, sus publicaciones, el programa de estudios independientes y el centro de estudios y documentación.

Respecto a las exposiciones temporales, Marí cree que la exposición «el mejor instrumento de presentación de arte que se ha inventado» y para garantizar la «calidad y el interés» del programa temporal del museo se ha propuesto que la organización de las muestras cuenten con más tiempo (de dos a tres años de preparación como mínimo) y que el Macba aumente el «potencial científico propio». «Hay quien podría decir que hasta ahora el programa de exposiciones del museo miraba al presente desde el pasado. A partir de ahora deberemos plantearnos mirar la historia desde el presente», señaló Marí en su informe.

Otro de los ejes sobre los que se fundamenta la labor de un museo es el de su colección. En este punto, Marí está convencido de que la del Macba «debe continuar la apuesta por la singularidad y no caer en caminos transitados por otros museos, profundizando en las especializaciones que ha cultivado y abrir otras nuevas».

Mirando al futuro, el nuevo director opina que el Macba «está muy bien colocado para hacer una colección que explique el paso del siglo XX al XXI», declaración que casa perfectamente con las aspiraciones de un director que pretende vivir el museo mirando siempre hacia delante.