El Día Internacional del Teatro tuvo se celebró ayer en Eivissa con dos actos que tuvieron lugar en el claustro del Ayuntamiento de Vila: la lectura del Manifiesto oficial, escrito este año por el director de teatro canadiense Robert Lepage, y leído por Vicent Tur Riera, director de L'Increat Teatre; y el estreno de Sueño de las 1001 noches de verano, un montanje de la Escuela Municipal de Teatro de Eivissa, creado y dirigido por Samuel Vidal. Representación que se enmarca en el programa de la III Setmana del Teatre de Vila, que se clausura mañana en Can Ventosa (21,30 horas) con Òscar, una maleta, dues maletes, tres maletes, de Claude Magnier, en la versión dirigida por Abel Folk y con el popular Joan Pera como protagonista central.

El texto de Lepage incluía pasajes de esperanza hacia el milenario arte de Talía: «La supervivencia del arte teatral depende de su capacidad para reiventarse integrando nuevas herramientas y nuevas lenguas. ¿Si no, cómo el teatro podría seguir siendo el testigo de todas las grandezas y de lo que está en juego en su tiempo y, al mismo tiempo, promover el acuerdo entre los pueblos, si él mismo no demostrara apertura? ¿Cómo podría jactarse de ofrecer soluciones a los problemas de la intolerancia, la exclusión y el racismo, si, en su práctica propia, se negase a todo mestizaje y a toda integración?».

Palabras las del reconocido director de teatro canadiense que resonaron ayer en todos los escenarios del planeta y que terminaban así: «Para representar al mundo en toda su complejidad, el artista debe proponer formas e ideas nuevas, confiando en la inteligencia del espectador, que es capaz asimismo de distinguir la silueta de la humanidad dentro del perpetuo juego de luces y sombras. Es cierto que jugando mucho con el fuego, el hombre corre el riesgo de quemarse, pero así alberga también la esperanza de convencer y de iluminar».