Escena de 'El senyor Perramon', de Josep Maria Sagarra, en el montaje que trae a Eivissa el domingo día 9 su director Joan Anton Rechi.

JULIO HERRANZ

El auditorio de Can Ventosa acogerá el próximo domingo día 9 (19,30 horas) la representación de El senyor Perramon, de Josep Maria de Sagarra, dirigida por Joan Anton Rechi. Se trata de una «adaptación libre» de El avaro de Molière. «Se mantiene fiel al texto original en escenas, personajes, monólogos, parlamentos, réplicas... La adaptación libre responde al cambio de época y de marco, ahora y en Cataluña», apuntó el responsable del montaje de esta producción del Teatre Romea de Barcelona, estrenado el pasado octubre, con Boris Ruiz encabezando el elenco. El reparto coral lo completan actores de la escena catalana Óscar Rabadán, Carme Poll, Ivan Benet, Mònica Marcos, Susanna Garachana, Xavier Capdet, Miquel Gelabert, Ramon Enrich y Enric Llort.

El senyor Perramon es una comedia divertida, mordaz e inteligente que explica los embrollos provocados por los hijos de un usurero que quieren liberarse de la tiranía de su padre y beneficiarse de la herencia que les corresponde. El tema de la avaricia ha estado presente a lo largo de la literatura de todos los tiempos, pero las historias no siempre acaban igual. En este caso, como en toda comedia que se precie, todo acaba bien, pero hay otras obras en las que la avaricia conduce a un final trágico.

Joan Anton Rechi imagina a El senyor Perramon como «un avaro hiperrealista, mediterráneo y amo de un bar-casino. En su primer baile con la pareja Molière/ Sagarra, apuesta por la ruptura de los estereotipos, por la modernización del texto y por un tejido de correspondencias que ligan los tipos, las costumbres, las actitudes de una comedia nacida en el siglo XVIII y catalanizada a mediados del siglo XX, con comportamientos activos en nuestra sociedad de 2007».

El objetivo que buscaba Josep Maria de Sagarra al actualizar un arquetipo universal como el que proponía Molière, puede en principio parecer trasnochado en el siglo XXI. «Puede que hoy día no veamos avaros tan teatrales, aunque en una sociedad tan consumista como la nuestra, una de las aspiraciones comunes a todos (incluso a veces a mí mismo, aunque me dé rabia reconocerlo) es la acumulación, la posesión de todo lo que se nos ofrece desde la televisión, los diarios, internet. En el fondo se trata de la misma pasión; pero si no fijamos, tampoco ha desaparecido el avaro que vive en una caja de cartón. De vez en cuando me sorprende encontrar noticias en la prensa que habla de gente que muere en la indigencia o que padece el síndrome de Diógenes, que acumula basura y desperdicios bajos los cuales esconde millones de las antiguas pesetas», ha explicado el director, Joan Anton Rechi.