Más de 300 políticos, artistas, amigos y familiares del escritor Josep Maria Palau i Fabre le despidieron ayer en el Saló Sant Jordi de la Generalitat, durante un acto civil encabezado por el presidente catalán, José Montilla. El escritor, fallecido el sábado a los 90 años, estaba de cuerpo presente rodeado de numerosas coronas de flores. Después, fue enterrado en el cementerio de Caldes d'Estrac (Barcelona), la localidad donde está la fundación que lleva su nombre.
Montilla afirmó que Palau ha sido «un príncipe» de las letras catalanas «aunque en algunos momentos se le quiso presentar como un príncipe maldito», y un «poeta a contracorriente». Le consideró un «gran personaje de la cultura catalana y una de las personalidades de gran proyección internacional de las artes y letras» del país. Durante el homenaje, Montilla definió a Palau como «rompedor, rebelde» e «innovador constante, un transgresor permanente y un alquimista en estado puro». Afirmó que, con él, «desaparece uno de los grandes creadores del siglo XX» que ha «contribuido al conocimiento de la cultura catalana más allá del país». Montilla le agradeció su aportación «a la cultura universal desde Catalunya», e invitó a los catalanes a ser «partícipes de esta admiración y respeto de la validez literaria y artística» del autor.
La actriz Montserrat Carulla y la cantautora Maria del Mar Bonet pusieron voz a algunos de los poemas de Josep Maria Palau i Fabre, como Jo em donaria a qui em volgués, que popularizó la cantante mallorquina.
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