Directores, actores y otros profesionales del séptimo arte asistieron ayer al debate final de la Ley del Cine.

Tras un largo y costoso camino, el proyecto de Ley de Cine fue aprobado ayer definitivamente por el Pleno del Parlamento con un consenso general e incluyendo un sistema de ayudas, que va desde las desgravaciones fiscales a la creación de un nuevo fondo para películas en lenguas cooficiales. La nueva Ley de Cine nació de la mano de la anterior ministra de Cultura, Carmen Calvo, su principal defensora, y ha recibido el empujón definitivo con César Antonio Molina como titular del departamento. Del desencuentro inicial al acuerdo de ayer ha pasado un año de negociación, tres enmiendas a la totalidad y más de 150 enmiendas parciales incluidas de las 400 presentadas en ambas cámaras.

La Ley de Cine ha sido aprobada incluyendo cinco de las seis enmiendas aprobadas en el Senado. Así, finalmente, para que un filme tenga la nacionalidad española, el director debe ser ciudadano comunitario. Las enmiendas incluidas en el trámite parlamentario permitirán la creación de un nuevo fondo para el cine en lenguas cooficiales; un programa de ayudas para el sector de la animación y otro para que los exhibidores afronten la reforma tecnológica de las salas, así como medidas que faciliten el acceso de los discapacitados al cine y la promoción de salas municipales que proyecten filmes de calidad.

El proyecto de Ley nació el 28 de diciembre de 2006 pero encalló nada más iniciar su andadura cuando las televisiones privadas se negaron a invertir un uno por ciento más en cine y los exhibidores rechazaron el texto. El Gobierno se tomó su tiempo y la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, inició en febrero una intensiva ronda de negociaciones con los representantes del sector.

Por fin, se solventó la negativa de la Unión de Televisiones Comerciales Asociadas (UTECA) manteniendo su obligación de invertir en cine el cinco por ciento que estableció el real decreto de 2004 y a la espera de una futura Ley de lo Audiovisual. Asimismo, y como medida de protección frente al cine estadounidense, se mantuvo la cuota de pantalla, que exige la exhibición de un porcentaje de películas europeas, pero se introdujo «cierta flexibilidad», al contabilizar por sesiones y no por días, y teniendo en cuenta el conjunto de las salas integradas en un mismo complejo.

El proyecto de Ley llegó al Congreso en septiembre, donde ERC, IU-ICV y CiU presentaron enmiendas argumentando la vulneración de las competencias de los nuevos estatutos de autonomía. Estos grupos alcanzaron ayer un acuerdo con Cultura gracias a la inclusión de un nuevo artículo por el que se creará en 2009 un fondo específico para el cine en lenguas distintas al castellano, con una dotación máxima de 11 millones de euros anuales, a cargo de los Presupuestos Generales del Estado y de cada Comunidad Autónoma que cuente con lengua propia.

El Grupo Popular calificó este acuerdo de «descarnado», aunque no rechazó el texto final.