P. T. Cuando un gran personaje cae en manos de un actor, éste último suele extraer de él todo tipo de sensaciones. En el caso de Helio Pedregal y su papel en la obra Afterplay, Andrei, el actor asegura que le ha «enseñado muchas cosas para su vida real, entre otras, la de que las cosas que no nos producen placer deben ser vividas con igual pasión a las que sí lo hacen».

Pedregal interpretará mañana domingo en Can Ventosa (20'00 horas) la pieza escrita por el irlandés Brian Friel junto a la actriz Blanca Portillo, quien ejerce, junto al actor, las funciones de intérprete y productora de la obra. «Trabajar con Blanca Portillo es un lujo. Nos entendemos muy bien como actores. En otro tiempo habríamos pensamos en crear una pareja de actores, algo que era muy habitual, incluso a veces lo hemos comentado. Es una maravilla trabajar con alguien con tanta verdad. Disfruto mucho más que todos los espectadores juntos», afirma con entusiasmo Pedregal, para quien ejercer de actor y productor no es más que un sistema «para no tener que hacer muchas concesiones con un texto complejo».

«La función cayó en nuestras manos y vimo que no podíamos dejarla pasar. Nos pusimos manos a la obra y organizamos una produccion de formato pequeño, porque no tiene grandes exigencias». El estreno de Afterplay en España tuvo lugar hace un año y medio y el actor asegura estar «encantado» con el resultado. Sobre su labor como productor, Pedregal es taxativo: «El que paga manda», remarca, para añadir que buscaron a José Carlos Plaza para dirigirla, al considerar que era el mejor director para adaptar la pieza. «Ha hecho un trabajo magnífico», le elogia.

Afterplay sitúa a Sonia (protagonista de Tio Vania) y a Andrei (de Tres hermanas) en una situación improbable, pero no imposible, veinte años después de la acción de esas dos obras. «Pero hay una tercera persona en esto que es muy importante, y es la autora del texto "explica el actor". «Friel es, probablemente, el mayor experto en Chejov en lengua inglesa. Sabe muy bien de qué está hablando. Aquí no se le conoce mucho porque andamos un poco escasos de atención a las cosas que pasan, pero es un gran escritor, un gran traductor y un gran estudioso de Chejov. El juego teatral que hace con Sonia y Andrei es realmente digno del Chejov autor que conocemos».